2-1 Brahim castiga la superioridad del Atlético en la primera vuelta del derbi
Roberto Morales
Desde la calidad individual en dos zarpazos, en acciones decisivas de Rodrygo y Brahim, el Real Madrid castigó a un Atlético de Madrid superior como bloque, que empató con un gol para enmarcar de Julián Álvarez pero no sostuvo su racha de diez partidos sin perder, en una eliminatoria que se decidirá en el Metropolitano.
Hasta la cita que detendrá la capital de España el miércoles próximo, en un derbi que dio el salto en trascendencia para trasladar la rivalidad madrileña al escenario europeo, el Real Madrid presumirá de superioridad en la competición de mayor prestigio. De nuevo derrotando al Atlético imponiendo sus individualidades en un día de gran añoranza a las ausencias.
Cualquier plan de Simeone en un Atlético de Madrid que inició el derbi replegado, lo dinamitó Rodrygo en cuatro minutos. Sobrado de confianza en el uno contra uno retó a Javi Galán, recibió en la derecha para marcharse con tanta facilidad de su marca como convicción tuvo en su golpeo, preciso y con potencia, para convertir en estéril la estirada de Oblak.
Minutos de impotencia

La historia del Real Madrid en la ‘Champions’ se sintió de inicio.
Con Rodrygo empeñado en convertir en pesadilla la noche de Galán, que agarró dentro del área al brasileño tras ser de nuevo superado, hasta derribarlo sin que el colegiado estimase pena máxima.
El momento de forma superior del Atlético de Madrid se impuso con el transcurso del partido. Para ello hubo un intercambio de papeles. Con ventaja era el Real Madrid el que veía con buenos ojos el repliegue, confiado en dañar como no supo hacer al contragolpe, a un rival que dio un paso al frente en el Santiago Bernabéu.
Sin acusar el duro golpe inicial, creciendo con balón desde la personalidad de De Paul, que impuso la calma tras la tormenta, el robo incesante de Pablo Barrios, para anular cualquier idea en transición madridista.
En la impotencia que empezaron a mascar los jugadores del Real Madrid, Vinícius apareció por dentro, huyendo de la marca de Marcos Llorente, y Mbappé desapareció en un primer acto para el olvido.
En los momentos de incertidumbre rojiblanca, impreciso de inicio con balón, cuando Simeone pedía calma a gritos desde la banda, quemando tantas calorías en la zona técnica como cualquiera de sus futbolistas en el partido, el Real Madrid no encontró vías para superar el entramado defensivo del rival.
Líneas unidas, generosidad en el esfuerzo. Un bloque con equilibrio. Eso que tanto anhela Ancelotti para su Real Madrid. Una acción con egoísmo de ‘Vini’, con Mbappé en boca de gol sin marca, y apenas otro intento más del brasileño. Lejano y sin peligro, a las manos de Oblak. Siempre desde lo individual.
La dimensión de Julián Álvarez

La dimensión que adquiere Julián Álvarez con una acción de estrella mundial.
Traspasada la media hora de un partido en el que había demostrado a Ancelotti que hay jugadores capaces de correr y marcar diferencias a la vez.
Lo hizo recibiendo caído a banda izquierda, marchándose con facilidad de Camavinga y, lanzado en su moral, soltando un derechazo nada más pisar área, con una comba al palo largo imposible hasta para la envergadura de Courtois. Once derbis seguidos marcando del Atlético.
Al Real Madrid le faltaba un futbolista que hiciese jugar al resto. Tchouaméni no es el perfil. Camavinga ya había dimitido. Lo encontró cuando Ancelotti dio paso a Modric. Y su equipo había vuelto a exhibir más pegada que fútbol. Silenciando el enfado del Bernabéu cuando el arranque del segundo acto no modificaba el panorama y el dominio era rojiblanco.
Desafiar al miedo
Mbappé había tenido que salir de su zona para mostrar ansiedad con un disparo lejano, fácil para Oblak. Eran momentos importantes en la eliminatoria en los que había que desafiar al miedo de encajar un resultado negativo para la vuelta en ocho días en el Metropolitano.EFE