499 fallecidos en seis años: El desafío de combatir la delincuencia en la República Dominicana
Santo Domingo, 3 de enero. Combatir la delincuencia en la República Dominicana ha sido un desafío persistente para los directores de la Policía Nacional. A lo largo de los años, la institución ha enfrentado una presión constante debido al elevado número de personas catalogadas como «delincuentes» que han perdido la vida en supuestos intercambios de disparos. Desde agosto de 2017, al menos 499 presuntos delincuentes han sido ultimados en estas circunstancias, una cifra que sigue generando controversia y debates en el país.
La gestión de Ney Aldrin Bautista Almonte, quien estuvo al frente de la Policía Nacional durante casi tres años, registró la mayor cantidad de abatidos, con un total de 166.
Durante su mandato, Bautista Almonte se enfocó en desarticular redes de narcotráfico, robo de vehículos y secuestros, además de coordinar con agencias internacionales como la DEA y el FBI para desmantelar operaciones criminales complejas, como las lideradas por César Emilio Peralta, alias «El Abusador».
Le sucedió Edward Sánchez González, quien dirigió la Policía Nacional por un año, dos meses y un día. En su administración, se reportaron 42 personas abatidas, entre ellas algunas víctimas inocentes que conmocionaron al país, como Elizabeth Muñoz y Joel Díaz, una pareja cristiana asesinada por agentes en marzo de 2021.
Otro caso emblemático fue el de la arquitecta Leslie Rosado, muerta en octubre de 2021 a manos de un cabo policial tras un incidente de tránsito. Estos eventos intensificaron las críticas hacia la institución y erosionaron la confianza ciudadana.
Posteriormente, Eduardo Alberto Then asumió el liderazgo de la Policía Nacional en un momento crítico, marcado por una crisis de confianza y denuncias de corrupción y abusos policiales. Durante sus dos años y 27 días de gestión, se registraron 148 abatidos, cinco más que en la actual administración de Ramón Antonio Guzmán Peralta.
Then impulsó operativos conjuntos con las Fuerzas Armadas y apoyó la reforma policial promovida por el gobierno, aunque su implementación fue percibida como lenta e insuficiente para abordar los problemas estructurales de la institución.
Ramón Antonio Guzmán Peralta, quien asumió el cargo el 14 de noviembre de 2023, ha intensificado los patrullajes preventivos en todo el país y ha buscado fortalecer la relación entre la policía y las comunidades. Durante su gestión, se han reportado 143 abatidos, con un promedio de dos por semana.
Guzmán Peralta ha enfatizado que no teme enfrentar a los delincuentes, aunque sus métodos han sido cuestionados por defensores de derechos humanos, quienes abogan por un enfoque que respete el debido proceso y la justicia legal.
Entre los abatidos durante la administración de Guzmán Peralta se encuentra José Antonio Figuereo Bautista, alias «Kiko la Quema,» identificado como uno de los delincuentes más peligrosos del país. La Policía Nacional asegura que, bajo su liderazgo, la tasa de homicidios ha disminuido a 9.59 por cada 100,000 habitantes en 2024.
La lucha contra la delincuencia también ha estado acompañada de iniciativas para modernizar la Policía Nacional, como parte de un proyecto de reforma impulsado por el gobierno. Aunque estas medidas buscan mejorar los estándares operativos y éticos de la institución, las críticas por abusos policiales y casos de corrupción persisten, subrayando la necesidad de una transformación integral.
En este contexto, el desafío de combatir la delincuencia en la República Dominicana sigue siendo monumental. A pesar de los esfuerzos de los distintos directores de la Policía Nacional, la percepción de inseguridad y las tensiones entre la población y las autoridades continúan siendo una realidad.
Mientras algunos destacan los logros operativos, otros cuestionan los métodos utilizados y llaman a garantizar que la seguridad ciudadana no se logre a expensas de los derechos humanos.
La gestión policial en el país ha demostrado ser una tarea compleja, marcada por logros significativos en la lucha contra el crimen organizado, pero también por fallos que evidencian la necesidad de un cambio estructural.
Con datos de Diario Libre