Sigue haitianización
Hugo Ysalguez
El proceso de haitianización de nuestro país crece con una fuerza inusitada, alcanzando el extremo de dominar porciones de territorio, principalmente en la zona de Bávaro, específicamente en un sector denominado Friusa, donde la policía y los inspectores de Migración no oyeren entrar porque los ilegales están armados, según afirmaciones del propio titular del organismo, doctor Enrique García, quien participó en un programa de televisión e informó sobre detalles de esa porción de territorio declarado libre y proclamado como parte de Haití.
La masiva inmigración de indocumentados haitianos tiene varias aristas, y un conocedor con profundidad del tema e inveterado Nacionalista a ultranza, doctor Mario Bonetti, nos hace llegar las siguientes reflexiones: “02. 06. 22. Estamos asistiendo a un fortalecido proceso de lenta haitianización de la República, impulsado desde fuera por las NN UU, la Unión Europea y desde dentro del país por ciertos personeros partidistas, periodistas, dos o tres Ministros de Estado del PRM, funcionarios diplomáticos del PRM, por ONG que cobran por su trabajo, y por la prestante Compañía de Jesús (Jesuitas), que del Jesús mítico no tienen nada.
“Quiero contribuir a crear conciencia entre los patriotas y entre todos aquellos a quienes les duele y les importa el país ( no a todos los que viven aquí les importa la República Dominicana) el peligro de convertir nuestra República en un Estado binacional por asociación , impuesta desde fuera, con el trocito de la «barbarie africana» (Sarmiento) que es la comunidad tribal de Haití. (Debo aclarar que para la sociología política y la antropología cultural, así como para el Derecho Internacional, Haití no es un Estado en el sentido occidental del concepto, sino una comunidad tribal de cultura africana).
Ahora voy a familiarizar con el concepto de «Minorías Étnicas» de las NN UU , que, por cierto,, tiene carácter de ley internacional vinculante para todos los miembros de ésta organización. Se trata de la resolución 47 / 135 del 18. 12. 1992 aprobada para supuestamente cuidar y proteger a los conglomerados étnicos que viven dentro de otro país, el cual, originalmente no es el suyo propio, y que tiene una cultura, un idioma, una tradición, una religión muy diferentes a las del pueblo huésped.
