Golpe y rebeldía
Por Narciso Isa Conde
El Golpe de Estado artero al Gobierno de Juan Bosch y a la Constitución de 1963 no generó temor, sino rebeldía. Se equivocaron sus pérfidos autores. Gringos, oligarcas, generales y políticos corruptos se confabularon para aplastar libertades y esperanzas, y no tardaron en salir «trasquilados». El golpe duró “menos que una cucaracha en un gallinero”, como vaticinó el Profesor.
En Abril 65 tuvieron que recurrir a su Pentágono para bloquear a cañonazos sucios la revolución democrática triunfante, la hazaña popular-juvenil más importante del siglo. Así el poderío militar del Coloso del Norte fue volcado contra la dignidad quisqueyana en las dos tercera parte de una pequeña y hermosa isla caribeña. La agresión perdura todavía.
Los cañones y cohetes imperiales -debidamente disfrazados y modernizados- siguen activos: operan con maquillaje de Cooperación con el Comando Sur, como MAAG, DEA-DNCD, DNI-CIA, Endeudamiento Externo, FMI, BM, BID, APP, Fideicomisos, USAID, Puerto de Manzanillo, Vicini, Aabinader, “Reforma Policial” a la colombiana, Barrick Gold, FALCONDO, Uni Gold, Gold Quest, CNN, FOX, VOA, Neofascismo… Todos suman modalidades sucesivas de su Guerra de Cuarta Generación, que en la vecina Haití procura un caos cada vez mayor, bajo “control” imperial.
Del golpe a Bosch y a la única Constitución Democrática de la historia republicana, hacen 59 años y de la invasión militar gringa 57. Coincide este fin de semana la conmemoración del golpe que sembró aquella rebeldía popular y juvenil (estudiantil, obrera, barrial, cultural, intelectual y militar), con el 52 aniversario del vil asesinato de Amín Abel.
Amín fue uno de los héroes de esa generación insumisa. Recordamos ayer -y siempre- su estirpe como ser humano y luchador por la libertad y el socialismo. Su liderazgo estudiantil, su destacado papel en lucha contra el Golpe, su participación en la insurrección de abril 1965, su militancia en FRAGUA, FED, IJ4 y MPD; y sus audaces combates contra el régimen de Balaguer.
El reto ahora es de las nuevas generaciones en medio de un cambio de época, que no deja ser ahora -a veces sutilmente, otras crudamente- más violenta y degradante de nuestra identidad nacional y cultural. Es la dura época de la decadencia agresiva del imperio y sus elites oligárquicas, de su neoliberalismo, su guerra global y su alienante dictadura mediática.
La rebeldía no será idéntica, incluso deberá ser más calificada. Pero de todas maneras necesitará de la valentía, la sobresaliente dedicación al estudio y a la lucha, la humildad, y la sensibilidad humana y social desplegada por Amín y los Amines de aquel heroico pasado.
Fuente El Nacional