Messi pone color a Rosario, su ‘patria chica’
Rosario (Argentina), 25 nov (EFE).- Al recorrer La Bajada, el barrio de Rosario donde creció Lionel Messi, resulta imposible caminar sin cruzarse con diferentes murales, pintadas y grafiti que recuerden a su ciudadano más querido, ese que afronta en Qatar 2022 su quinta cita con la Albiceleste en un Mundial de fútbol.
La ciudad que también vio nacer a Fito Páez, Darío Grandinetti, Luciana Aymar, Ángel di María o Roberto Fontanarrosa reserva para los ojos de los visitantes 34 obras creadas en honor del hijo que más lejos ha llevado el nombre de la ciudad.
Aunque el sitio más reconocido es el Monumento a la Bandera, donde se enarboló por primera vez la enseña argentina, a poca distancia puede verse otro ‘símbolo patrio’: uno de los rostros más destacados del fútbol mundial, el de Messi, pintado a la misma altura que la torre de hormigón.
AVENTURA EN LAS ALTURAS
Su diseñador, el artista y muralista Lisandro Urteaga, explica a EFE que tardó 18 días en terminar la obra, mientras estaba colgado a 70 metros de altura apreciando el río Paraná -segundo más largo de Sudamérica tras el Amazonas-, el canto de las golondrinas y la idea de inmortalizar a uno de los iconos de Rosario.
«Fue todo una aventura, veníamos de una serie de trabajos artísticos de murales y pintadas en ‘La Bajada’, y en esta ocasión decidimos aventarnos hacia las alturas. Fue una experiencia muy hermosa», define.
Lisandro plasmó, junto a su hijo Jacinto y su compañera Marlene Zuriaga, a ‘la Pulga’ en un edificio de 534 metros cuadrados. La obra titulada «Mural Ciudad» despliega a un Messi firme, mirando al horizonte del río y con una mano en su corazón.
La imagen imita la clásica postura que el delantero de la Albiceleste ofrece antes de los encuentros y que mostrará este sábado en los prolegómenos del duelo contra México, crucial para las aspiraciones argentinas en el Mundial de Qatar 2022.
«Para nosotros como muralistas, el desafío estaba puesto en la obra que fue a gran escala, en altura y con la representación de Leo. Poder brindar esa imagen de ícono nacional y mundial con toda una historia aquí en Rosario», reflexiona el pintor.
«DE OTRA GALAXIA»
Otro de los murales característicos ha sido bautizado como «De otra galaxia», ideado por el equipo de Lisandro y el grupo Sismo, puede apreciarse en los alrededores de La Bajada, el barrio donde Messi nació, se crió y al que, según algunos vecinos, vuelve cuando visita Argentina.
Nuevamente, el foco estuvo puesto en la cara del siete veces ganador del Balón de Oro, pero con varios detalles que transforman la pintoresca escena en algo simbólico: sobre su cuello descansa a su izquierda un botín dorado, en alusión a la Bota de Oro -premio otorgado al mayor goleador de las ligas europeas-, que recibió en 6 oportunidades.
Del otro lado, uno de color negro, en alusión a sus comienzos en el deporte, algo que se refuerza con un pequeño Messi de siete años que jugaba en las categorías juveniles del Newell’s Old Boys rosarino.
«Leo significa lo máximo, pero más allá de eso hay toda una historia y un bagaje, donde supo superar adversidades. De chiquito tenía un don para el fútbol y supo llevarlo al mundo», explica el artista respecto de su ‘muso’.
Finalmente, a los costados del edificio transformado en lienzo se lee la frase: «De otra galaxia y de mi barrio», dando a entender que, más allá de ser el heredero futbolístico de Maradona, sigue siendo un ‘pibe’ más de La Bajada.
«Él es un ejemplo de superación y amor a lo que hace; además mantiene su humildad y conexión con el barrio que lo vio nacer», concluye Lisandro.
EL BARRIO DE MESSI
Los vecinos no tienen reparo en ser amables, compartir un mate o hasta abrir las puertas de sus casas para mostrar orgullosos los recuerdos que tienen de ‘el Leo’, pero en su mayoría prefieren mantener un perfil bajo, fuera de los registros periodísticos, similar al de Messi.
Una de las anécdotas más repetidas es que el «chiquilín», hoy capitán del seleccionado argentino, no los dejaba dormir la siesta. Siempre estaba «peloteando» contra el portón de las casas.
Otro de los sitios que no pasa inadvertido en la visita al lugar de la infancia del astro rosarino es su colegio, la Escuela Las Heras, donde sus maestras lo recuerdan con cariño y como un niño tímido hasta que agarraba una pelota en los recreos.
Por iniciativa de la Fundación Leo Messi, en 2015, se ejecutó un mural en el patio de la escuela que lo muestra festejando uno de sus tantos goles con la Albiceleste, curiosamente obra de un artista brasileño, Paulo Consentino.
Y si uno piensa en la niñez del prodigio del fútbol, no puede pasarse por alto el hogar en el que creció, donde las imágenes en su honor asaltan a los visitantes con cada paso que uno da. De hecho, Lisandro cuenta que hace pocos días empezaron a trabajar en el frente de la casa para renovarla, algo que lo «emociona» y llena de «orgullo».
Augusto Morel