El gran hallazgo de la Gallup-RCC Media
Pablo McKinney
Lo más importante de las encuestas son las tendencias que la suma de los resultados de sus diferentes entregas ofrecen. Puestos a la labor de analizar la reciente Gallup-RCC Media, encontramos que ella ha venido a confirmar que la joya de la corona gubernamental es la gestión de Miriam Germán al frente del MP que un 55% de la ciudadanía valora como buena o muy buena, y seis de cada diez ciudadanos consideran que está actuando de manera independiente en la operación Calamar.
Por otra parte, con un PRM cuyo candidato ronda el 50% de intención de voto, con su archirrival morado cada vez más disminuido, más un aliado/adversario con un 37% de tasa de rechazo (PFP), digamos que el mayor desafío del PRM para lograr la reelección del presidente Abinader está en el manejo de la economía, en el control de la inflación en momentos de incertidumbre mundial, con múltiples factores que no dependen de la administración local.
Cosa seria para el gobierno es que el 64% de los consultados considere que su reacción para tratar de controlar el alza de los precios ha sido mala o muy mala. O que el 69% considere que solo los ricos se benefician del crecimiento de la economía. Pero echando a un lado las pasiones partidarias o caudillistas, vayamos a lo principal para confirmar que, según esta encuesta, la democracia como sistema político sigue perdiendo apoyo entre los ciudadanos.
Sólo el 37% estuvo de acuerdo con que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno.
El 54% dice estar poco o nada satisfecho y un 65% asegura estar poco o nada interesado en la democracia. Si algo faltaba, al 48% no le importa el tipo de sistema político que gobierne el país. He ahí las palabras mayores de esta primera entrega de Gallup para RCC Media.
Contrario a lo que se pueda pensar, el gran hallazgo de este estudio no ha sido las preferencias partidarias, sino la confirmación de que se desparrama la fe ciudadana en la democracia, y es solo asunto de tiempo que el electorado mire hacía los chamanes del odio, populistas de vocación y oficio, a quienes hasta hoy sólo el milagro de la bendita Virgen María ha mantenido alejados de las preferencias del electorado.
¿Hasta cuándo? Como en el bolero… “sabrá Dios, uno no sabe nunca nada”.