Mujeres en la política latinoamericana: Rompiendo barreras y abriendo caminos

Por Manuel Jiménez

En los últimos tiempos, varios países de América Latina han sido escenario de un fenómeno en constante crecimiento: la presencia de mujeres candidatas en las elecciones presidenciales. Este avance sigue representando un hito significativo en la política regional, marcando un paso importante en la lucha por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en un ámbito que históricamente ha estado dominado por hombres.

Ecuador se destaca por la candidatura de Luisa González, miembro del movimiento correísta Revolución Ciudadana, quien participó en las elecciones recientes. Aunque no logró la victoria en la segunda ronda después de imponerse en la primera, su mera presencia destaca el papel cada vez más influyente de las mujeres en la política ecuatoriana. González presentó un programa de políticas de izquierda en el ámbito social y económico. Sin embargo, su candidatura se vio eclipsada, en parte, por la influencia del expresidente Rafael Correa, quien se encuentra exiliado en Bélgica, y otros eventos políticos locales, como el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato de derecha.

En Venezuela, María Corina Machado emerge como un fenómeno notable al ganar las primarias de la oposición con el respaldo de más de dos millones de votantes en octubre. Su victoria en las primarias representó un desafío directo al régimen de Nicolás Maduro. El chavismo  ha intentado socavar la participación independiente en el proceso electoral y ha buscado judicializar los resultados de las primarias, lo que subraya su naturaleza dictatorial y su intolerancia hacia la oposición.

En México, aunque no son las primeras mujeres en aspirar a la presidencia, Claudia Sheinbaum, representante del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y Xóchitl Gálvez, candidata del Frente Amplio por México, son las primeras en recibir el respaldo unánime de los principales partidos políticos del país. Sheinbaum cuenta con el apoyo de los partidos aliados del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), mientras que Gálvez es la candidata de una coalición que agrupa a los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) en la oposición.

En Argentina, Patricia Bullrich, líder de la coalición opositora Juntos por el Cambio, destacó en las recientes elecciones presidenciales de la primera vuelta logrando un tercer lugar. A pesar de no ganar, su influencia política quedó patente al respaldar al controvertido candidato de ultraderecha Milei para la segunda vuelta del 19 de noviembre, apoyo que podría resultar decisivo dado el complejo panorama social, económico y político argentino.

Guatemala y Honduras son ejemplos adicionales de este avance. En Guatemala, Sandra Torres estuvo muy cerca de ganar las elecciones presidenciales, mientras que en Honduras, Xiomara Castro ocupa actualmente la Presidencia de la República, otros ejemplos que ilustran la creciente presencia de mujeres en la política en América Latina.

En República Dominicana, María Teresa Cabrera, del Frente Amplio, y Virginia Antares, de Opción Democrática, han anunciado sus aspiraciones presidenciales para las elecciones de 2024. También refleja el avance continuo de las mujeres en la política dominicana, a pesar de que en sus casos enfrentan desafíos cruciales en una contienda desigual frente a los partidos tradicionales del país.

A nivel regional, las mujeres han desafiado patrones y superado obstáculos dentro de los partidos políticos para obtener reconocimiento y posicionamiento público a través de su arduo trabajo y dedicación. Su persistencia y preparación intelectual les han permitido competir con hombres con experiencia política y jerarquía en la región.

A medida que las mujeres continúan avanzando en la política, el desafío futuro será superar los patrones culturales y políticos para acceder a puestos de liderazgo, equiparándose a figuras influyentes e históricas como Golda Meir en Israel, Margaret Thatcher en Inglaterra o Hillary Clinton en los Estados Unidos. A pesar de no haber alcanzado la presidencia en este último caso, la exitosa carrera política de Clinton como senadora y secretaria de Estado allanó el camino para su candidatura presidencial demócrata.

En última instancia, el éxito de la mujer en la política dependerá en gran medida de su desempeño y participación efectiva, particularmente en la formulación y resultados de las políticas públicas que lideren. La confianza, preparación e inteligencia jugarán un papel determinante en el público  para endosarle liderar y gestionar gobiernos de manera efectiva.

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