Taiwán acude a las elecciones con una economía apuntalada sobre los semiconductores
Javier Castro Bugarín |
Taipéi, 11 enero – Los taiwaneses acudirán a las urnas este sábado con una economía que disfruta de “viento a favor”, después de varios años de crecimiento impulsado por la exportación de semiconductores y el buen hacer de compañías líderes en el sector, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC).
Según estimaciones del barco de inversión Natixis, el PIB de la isla aumentará su ritmo de crecimiento hasta el 2,9 % en 2024, después de un 2023 en el que avanzó en torno al 1,2 % debido, fundamentalmente, a la menor exportación de semiconductores y a que las empresas taiwanesas han centrado sus inversiones en el exterior.
“El que gane las elecciones va a tener viento a favor, porque estas dos cosas creo que van a ir mejor en 2024. El ciclo de semiconductores se está recuperando y está todo el tema de la demanda por inteligencia artificial; entonces creo que el que gane tendrá eso a favor, al menos en 2024”, asegura a EFE Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis y profesora en la Universidad Sun Yat-sen de Taiwán.
Menor dependencia de China
Los últimos años de Tsai Ing-wen como presidenta de Taiwán han estado marcados por un crecimiento económico superior al potencial, incluso en los peores compases de la pandemia por coronavirus: el PIB insular se expandió a una media anual del 4,2 % entre 2020 y 2022, con un pico del 6,6 % en 2021, año en que las exportaciones alcanzaron un valor de 446.370 millones de dólares estadounidenses.
El peso de China en esas exportaciones ha ido descendiendo en los últimos años: si el gigante asiático aglutinaba el 40 % de todas las ventas insulares entre 2016 y 2019, en 2023 ese porcentaje ha bajado al 35 %; una caída incluso mayor en la inversión directa de Taiwán en China, que pasó del 65 % del total durante los años del Kuomintang en el poder (2008-2016) al 34 % para el período 2016-2023, según cifras de Natixis.
Para García-Herrero, esta menor dependencia de China no se debe a ninguna directriz del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de Taiwán, sino que se enmarca en una tendencia más global.
“La gente insiste en que son temas políticos y yo creo que también el resto del mundo no está invirtiendo tanto en China como antes. El cambio se produce sobre todo con Trump, con la guerra comercial. Ellos ven que exportar desde China va a ser muy costoso, entonces se van”, asegura la economista.
“Creo que no todo lo que se ve como reducción de exposición a China es por ‘de-risking’ (reducción de riesgos); es también por motivos empresariales, que han hecho otros, no solo Taiwán”, agrega.
Un sector de semiconductores vigoroso
Durante las últimas décadas, y especialmente en los años de pandemia, la punta de lanza del crecimiento económico taiwanés ha sido la industria de los semiconductores, que representa en conjunto alrededor del 15 % del PIB de la isla y que resulta clave en las cadenas de suministro de las principales firmas tecnológicas del mundo.
Sólo en 2022, las más de 300 compañías del sector que operan en Taiwán obtuvieron ingresos equivalentes a unos 156.000 millones de dólares estadounidenses, un 18,5 % más que el año anterior, según cifras de la Asociación de la Industria Taiwanesa de Semiconductores (TSIA, por sus siglas en inglés).
El principal artífice de ese buen año fue TSMC, el mayor productor de chips del mundo y fabricante de algunos de los más avanzados, que facturó 75.880 millones de dólares, un 33,5 % más que el año anterior medido en la divisa estadounidense.
Aunque el desempeño de la industria aminoró su ritmo en 2023 debido al exceso de inventario de semiconductores y productos tecnológicos en el mundo, está previsto que cobre un nuevo impulso en 2024, año en que se recuperará la demanda global, según estimaciones de Natixis.
Incertidumbres a largo plazo
El presidente que resulte elegido en los comicios del 13 de enero se encontrará una economía resiliente, con bajos índices de desempleo, altos niveles de consumo, escasa deuda y margen fiscal.
Sin embargo, García-Herrero observa una incertidumbre en las inversiones extranjeras a largo plazo en la isla, ante el “riesgo geopolítico” que entraña un posible conflicto con China.
“Todos los inversores tienen miedo de invertir a largo plazo en Taiwán por el riesgo geopolítico (…). La economía va un poco mejor, pero la inversión directa es que esa gente invierta veinte años, y claro, te dicen que no, que en veinte años no se sabe qué va a ser de Taiwán”, sentencia la economista.