Vandalismo sume en el caos a Haití; seis muertos y un país al límite
Puerto Príncipe, 8 de febrero – Haití experimentó ayer una nueva jornada de violencia y caos, protagonizada por miles de ciudadanos que exigían la salida del Gobierno del primer ministro Ariel Henry, quien se mantiene aferrado al poder, desencadenando una serie de saqueos, actos de vandalismo e incendios de neumáticos en las calles.
Las movilizaciones del 7 de febrero no fueron sorpresa, ya que marcaban la fecha en la que Henry debería abandonar el poder según un acuerdo firmado en diciembre de 2022 con partidos de oposición, representantes de la sociedad civil y el beneplácito de la comunidad internacional.
En medio de las protestas, al menos seis personas perdieron la vida, y más de una decena resultaron heridas en violentas manifestaciones antigubernamentales en Haití.
Entre los fallecidos se encuentran cinco agentes de la recién creada Brigada de Vigilancia de las Zonas Protegidas (BSAP), una entidad armada sobre la que las autoridades han perdido por completo el control. Estos agentes cayeron durante enfrentamientos con la Policía Nacional de Haití en la zona de Laboule, en las colinas de la capital. Además, una persona murió en Ouanaminthe, en el noreste del país, tras atacar una comisaría de la Policía Nacional.
La jornada se caracterizó por la violencia de las represalias policiales, con manifestantes mostrándose ofendidos e incluso amenazantes. Además de los cinco miembros de las BSAP abatidos por agentes de la Unidad del Departamento de Aplicación de la Ley (UDMO, por sus siglas en francés), otros tres miembros fueron detenidos por la policía, según informaron fuentes policiales a la prensa local.
La BSAP, uno de los principales actores en el centro de las protestas, contó este miércoles con víctimas entre sus filas. Cientos de agentes del BSAP respaldan al exsenador Guy Philippe, quien regresó después de cumplir años de cárcel por tráfico de drogas. Estos agentes afirman querer provocar una «revolución» en el país.
El BSAP, compuesto por antiguos militares reconvertidos en guardabosques, voluntarios y personas al margen de cualquier jerarquía, se enfrenta a la prohibición gubernamental de circular por la ciudad y portar armas y municiones.
En la región metropolitana, las actividades se paralizaron por completo, con escaso movimiento de personas por las calles y cierre de escuelas, instituciones públicas y privadas. Trincheras con neumáticos ardiendo se levantaron en diversas áreas de la capital, como Pétion-ville, y la respuesta de la Policía Nacional incluyó el lanzamiento de gases lacrimógenos y disparos contra los manifestantes.
Las demandas de la renuncia del primer ministro resonaron en todo el país, desde Jacmel en el sureste hasta Les Cayes en el sur, mientras las autoridades y el Gobierno permanecían en silencio ante las multitudinarias manifestaciones. Kenia solicitó ingresar como miembro observador permanente en la Organización de los Estados Americanos (OEA) para coordinar la misión policial que pretende enviar a Haití, reveló el organismo.
República Dominicana está preparada para enfrentar eventualidades
En medio de la agitación en Haití, el ministro de la Presidencia de la República Dominicana, Joel Santos, aseguró que el país vecino está preparado para enfrentar cualquier eventualidad. «Se ha incrementado la vigilancia. Todo está bajo control; nosotros estamos debidamente preparados para enfrentar cualquier situación que ocurra», afirmó Santos Echavarría al ser abordado sobre el tema por los medios de comunicación.
Indicó que en previsión de posibles acontecimientos que ocurran en esa parte de la isla y que puedan representar algún riesgo para la República Dominicana, el Gobierno ha prestado especial atención, desde el inicio de esta gestión, a la seguridad a lo largo de la zona fronteriza. La incertidumbre en Haití no solo preocupa a los ciudadanos haitianos sino también a sus vecinos, que siguen de cerca los acontecimientos en la nación vecina.