Entre la desesperación y la esperanza: Familias enfrentan el drama post-incendio en La Victoria
Santo Domingo, 27 de marzo.— La tragedia del 18 de marzo en la Penitenciaría Nacional de La Victoria ha dejado un rastro de incertidumbre y dolor entre los familiares de los reclusos. En medio de la desesperación, continúan las visitas rutinarias al centro penitenciario, unas motivadas por el ansia de confirmar el bienestar de sus seres queridos, y otras, por la necesidad de proveerles de alimentos y ropa ante la pérdida de sus pertenencias durante el siniestro.
El caso de Luis José Pimentel resalta en este contexto de angustia. A pesar de haber sido absuelto el día del incendio, permanece encerrado, lo que ha llevado a su padre a rondar las inmediaciones del penal, sentencia en mano, exigiendo su liberación. La familia Pimentel, desesperada, apela al presidente Luis Abinader y a la Procuradora General Miriam Germán para que intervengan y pongan fin a lo que consideran una muestra más de la corrupción en las cárceles dominicanas.
Otro relato conmovedor es el de Ernesto Recio Bello, quien sufrió un accidente cerebrovascular a raíz del incendio. Aunque logró sobrevivir y fue atendido en el hospital Francisco Moscoso Puello, su estado de salud es delicado, y su familia clama por su liberación ante la incapacidad física que ahora enfrenta.
Carmen Fernández, por su parte, vive días de angustia buscando información sobre su hijo Gustavo, preso en una de las celdas afectadas por el fuego. Desde el día del desastre, ha recorrido sin descanso otras prisiones buscando a su hijo, sin obtener respuestas, temiendo que haya sido una de las víctimas mortales.
En medio del dolor, también hay historias de alivio. Adalina Marte pudo ver a su pariente Eudy Antonio D´Oleo, aunque de lejos, confirmando que está vivo y que recibió los víveres enviados. Igualmente, Lorenny Bonilla se aferra a la esperanza de reencontrarse con su pariente Lorenzo, quien se salvó al estar en la iglesia durante el incendio.
