La primera presidenta de México

Elda Cantú

The New York Times

México acudió masivamente a las urnas el domingo. En los comicios se votaron más de 20.000 cargos, se cimentó el dominio del partido gobernante y se eligió a la primera presidenta en 200 años de historia independiente del país.

“No llego sola, llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”, dijo Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena, el partido oficialista, en un mensaje pronunciado en la madrugada del lunes.

Las elecciones fueron consideradas como un signo de la dominancia del partido fundado por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, y como un voto de confianza popular hacia las acciones emprendidas por su gobierno hace casi seis años.

“Durante el mandato de López Obrador, millones de personas salieron de la pobreza, se duplicó el salario mínimo y muchos más mexicanos pudieron acceder a las pensiones. Pero también dio poder al ejército, priorizó los combustibles fósiles e impulsó medidas que, según los críticos, podrían debilitar las instituciones democráticas de México. Sin embargo, la preocupación por estas medidas no hizo que la mayoría de los votantes dejaran de apoyar a Sheinbaum”, escribieron Simon Romero, Natalie Kitroeff y Emiliano Rodríguez Mega en un reciente análisis.

Las votaciones fueron las más violentas en la historia reciente: al menos 36 personas que aspiraban a un cargo en México fueron asesinadas en el último año.

Sheinbaum, de 61 años, tiene un doctorado en ingeniería energética, ha sido jefa de gobierno de la capital mexicana y se espera que asuma el cargo en octubre. También será la primera persona judía en ocupar el máximo cargo del país, que tiene una de las mayores poblaciones católicas del mundo.

México se suma así a la lista de países latinoamericanos que han elegido en las urnas a una presidenta.

“La llegada de las mujeres a tales posiciones pone de relieve cómo algunas democracias latinoamericanas surgidas de las cenizas de regímenes autoritarios se han mostrado excepcionalmente abiertas a derribar las barreras a la representación política”, escribió Simon.

Sheinbaum, a pesar de contar con un amplio mandato popular, el respaldo de López Obrador y una mayoría en la próxima legislatura, también enfrentará desafíos acuciantes, entre ellos la violencia e impunidad del crimen organizado, las crisis medioambientales, el aumento en los flujos migratorios, la relación con EE. UU., y la violencia de género.

“Este sigue siendo un país donde las mujeres son asesinadas a una de las tasas más altas fuera de una zona de guerra, donde las mujeres ganan mucho menos que los hombres y donde el machismo sigue culturalmente arraigado”, se lee en un reportaje fotográfico en el que el Times entrevistó a 33 mujeres mexicanas sobre sus expectativas de tener una presidenta.

El día previo a las elecciones, la escritora Cristina Rivera Garza reflexionaba en las páginas de Opinión:

Muchas dirigentes mujeres —Margaret Thatcher y Corazón Aquino, por citar solo dos— han demostrado que el hecho de que una mujer gobierne el país no se traduce necesariamente en apoyo a las mujeres. Como todos los presidentes del pasado, y del futuro, la próxima líder de México será juzgada, no por su género, sino por las decisiones y los actos de su gobierno.

The New York Times

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