PLD busca evitar divisiones internas tras pobres resultados electorales

Santo Domingo, 11 de junio.- El presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, ha utilizado el término «ratas» para describir a los dirigentes que abandonaron la organización durante el proceso electoral pasado. Este calificativo fue introducido en una arenga durante la reunión del Comité Central el pasado domingo y reiterado al día siguiente en un video difundido en redes sociales.

“El PLD sigue siendo el partido del futuro. A entregarse en cuerpo y alma y echar a un lado a todas esas ratas que han estado traicionando al PLD desde adentro”, expresó Medina.

El secretario jurídico del PLD, José Dantés, afirmó que Medina desea continuar como presidente de la organización y que existe un consenso entre los organismos de dirección para ratificarlo en la posición. Según Dantés, se ha gestado un respaldo a Medina para que reconsidere su decisión de no presentarse a un próximo período, ya que algunas opiniones empezaban a culparlo por los resultados electorales a pesar de que no fue candidato ni dirigió la campaña.

Dantés, quien aspira a la Secretaría General del PLD, sostiene que su opinión es compartida por otros miembros del Comité Político. Esta posición podría romper con el ciclo de divisiones que ha sufrido la organización tras sus derrotas electorales.

El PLD ha enfrentado varios conflictos internos significativos a lo largo de su historia. El primero ocurrió en 1978, tras el triunfo de Antonio Guzmán Fernández. Algunos dirigentes comenzaron a cuestionar la administración del partido, agravado por problemas económicos en el periódico del partido, Vanguardia del Pueblo. Esta crisis fue mitigada por Bosch, quien solicitó poderes especiales al Comité Político hasta la celebración del primer congreso del partido. Sin embargo, no pudo evitar que Tonito Abreu, entonces secretario general de la organización, formara el Partido de la Unidad Democrática.

Otro conflicto interno surgió en 1982, también después del triunfo del PRD. Bosch se vio obligado a renunciar a la Presidencia del partido y posteriormente expulsó a Rafael Alburquerque de las filas de la organización. Otros conflictos menores ocurrieron en los años 1990 y 1999.

Dantés reconoció que los procesos judiciales abiertos contra funcionarios del último período de gobierno del PLD se convirtieron en un elemento distractor. Afirmó que tan pronto el partido entendió que “no existía ninguna justicia independiente”, asumió abordar problemáticas nacionales.

A pesar del optimismo mostrado por algunos miembros, otros como Carlos Amarante Baret insisten en que es necesario encontrar la causa de la caída de la organización. Amarante Baret recordó que el PLD tuvo una historia de grandes éxitos, con 16 años consecutivos en el poder, pero que los ciclos de poder pueden acortarse o extenderse en función de las decisiones tomadas por sus líderes.

Indicó que los miembros del PLD no pueden vivir en una burbuja y deben enfrentar la realidad de la difícil situación actual. “No podemos estar pasándonos la vida viéndonos el ombligo. Estamos en una situación muy difícil, lo que nos está pasando no es un juego de niños”, enfatizó el exministro de Educación.

Las crisis de 2004 y la renuncia de Leonel Fernández en 2019 son excepciones al patrón de conflictos surgidos después de derrotas electorales. En el primer caso, el PLD retuvo el poder, y en el segundo, la división ocurrió antes de las elecciones.

En este contexto, la Comisión Organizadora del X Congreso Ordinario del PLD ha programado reuniones y trabajos a desarrollar en el transcurso de junio. Esta semana se han planificado reuniones para preparar los detalles de la ceremonia de apertura de los trabajos del congreso, programada para el 30 de junio, Día de la Confraternidad Peledeísta.

Desde el domingo pasado se están realizando diligencias para ubicar el lugar donde sesionará la plenaria de inicio del X Congreso Ordinario. El nombre oficial del congreso se dará a conocer esta semana en una rueda de prensa, según informó Cristina Lizardo, coordinadora de la comisión. El local seleccionado debe tener la capacidad necesaria para albergar a todos los participantes.