El gobierno del despilfarro
Rafael Alburquerque
Ningún gobierno anterior ha podido disponer de un flujo tan grande de recursos como el actual, que en los últimos cuatro años ha disfrutado de un presupuesto trillonario: RD$4,653,977,421,193. En 2021, casi un trillón; en el 2022, 1,173,736,700,000; en el 2023, 1,279,237,200,000; y en el 2024, 1,215,596,021,193.
Son cifras difíciles de manejar y de entender para el común de los mortales, pero que inclinan a pensar que con esa cantidad tan extraordinaria de recursos el presente gobierno ha puesto en práctica una política de construcción de grandes obras públicas: puentes, autopistas, complejos habitacionales, túneles y elevados, puertos y modernos sistemas de transporte.
Lamentablemente, muy pocas construcciones se han visto, y entonces, uno tiene que preguntarse en qué ha gastado el Gobierno esa ingente cantidad de recursos, especialmente si se toma en cuenta que entre 2019 y 2023 el gasto público creció en 71.9%, casi tres veces más que la inflación acumulada en el mismo período en el cual aumentó 28.1%.
Pues los recursos del pueblo este gobierno los ha usado en gastos corrientes. En efecto, según las propias cifras oficiales, de cada 100 pesos la actual administración ha destinado en promedio 85 pesos en gastos corrientes y tan solo 15 pesos en gastos de capital
¿Y qué quiere decir “gasto corriente”? Pues por esta expresión los economistas entienden los gastos que el Gobierno realiza para cumplir con sus funciones diarias, como son, entre otras, los sueldos de los funcionarios públicos y la adquisición de bienes y servicios. Para que el lector se dé una idea de lo que se denuncia, basta señalar que entre 2019 y 2024 las remuneraciones y contribuciones crecieron RD$100,811,80 millones, con un aumento del 49.2%, y la suerte de estos premios recayó en instituciones como los ministerios de la Presidencia, Interior y Policía, Agricultura, Hacienda, entre otros.
Hasta el Ministerio de Administración Pública, llamado a velar por el buen funcionamiento de la administración central incrementó su nómina en RD$739.5 millones de pesos, esto es, un aumento del 149%. ¡Un lobo cuidando a las ovejas!
De igual modo, la partida denominada “sobresueldos” se duplicó en tres años, y los economistas incluyen en esta denominación a las compensaciones y asignaciones adicionales a las remuneraciones básicas que se otorgan a los servidores público.
Como puede apreciarse por todos estos datos este es un gobierno que solo sabe gastar y no invertir. El gasto público no para de crecer y para mantener este nivel de despilfarro el Gobierno ha endeudado al país a tal nivel que la deuda pública total que tardó cuarenta y dos años en acumularse este gobierno la igualó en solo 3 años y cuatro meses.
La fiesta del despilfarro ha sido de tal magnitud que en estos días se ha sabido que el gobierno contaba en el 2023 con 558 asesores, lo que representaba 864 millones de pesos al año, y que los salarios que estos asesores cobraban iban desde 45 mil pesos hasta 250 mil pesos mensuales.
En este renglón del despilfarro el Ministerio de Relaciones Exteriores se llevó la palma, con 43 asesores y una erogación anual de 87.6 millones de pesos; y a seguidas figuran el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales con 24 asesores; el Ministerio de Vivienda, Hábitat y Edificaciones con 8 asesores y 14 contratados, y pago de 3.8 millones mensuales; el Ministerio de la Juventud con 6 asesores y sueldos entre 60 mil y 130 mil para un total de 540 mil pesos al mes; el Ministerio de Interior y Policía con 15 asesores, con sueldos entre 80 mil y 160 mil pesos, que representa un monto de más de 22 millones de pesos al año; y el Ministerio de Educación Superior con 16 asesores que ganan entre 50 mil y hasta 200 mil pesos mensuales, un total anual de 24,660,000.00 pesos.
Desde luego, en este festín no hay control alguno, y así se puede observar que se contratan asesores para asesorar a otros, asesores para atender al público y asesores para entregar dinero, como los que han sido empleados en los programas de ayuda social. Así en Supérate figuran 11 asesores, con sueldos entre 125 mil y 200 mil pesos mensuales, que le cuestan al pueblo RD$22,200.00 millones de pesos al año y el Gabinete de Política Social con gasto mensual de RD$2,415,000 pesos en asesores.
En este gobierno el despilfarro no se detiene y al cabo de su primer mandato constitucional se comprende claramente el por qué no ha podido mostrar una gestión de logros y beneficios a favor del pueblo.
Los “chelitos rinden y rinden”, como dice la propaganda oficial, pero rinden únicamente para los amigos del gobierno, que se benefician de prebendas y canonjías sin que haya control alguno por parte de la Contraloría General de la República.
Estamos en presencia de un gobierno de la opacidad y la ausencia de rendición de cuentas.
El Caribe