Candidato reformista Masoud Pezeshkian gana elección presidencial de Irán en segunda vuelta

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos, 6 julio  — El candidato reformista Masoud Pezeshkian ganó el sábado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales iraníes, imponiéndose al conservador Saeed Jalili con la promesa de tender la mano a Occidente y relajar la aplicación de la ley nacional sobre el velo obligatorio, tras años de sanciones y protestas en la república islámica.

En su campaña, Pezeshkian no prometió cambios radicales en la teocracia chií iraní, y desde hace tiempo considera al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, árbitro final de todos los asuntos de Estado. Pero incluso los modestos objetivos de Pezeshkian se verán amenazados por un gobierno iraní que sigue en manos de la línea dura, la actual guerra en la Franja de Gaza y el temor de Occidente a que Teherán enriquezca uranio hasta niveles próximos al uso armamentista.

El conteo de votos ofrecido por las autoridades situaba a Pezeshkian como ganador con 16,3 millones de votos frente a los 13,5 millones de Jalili en las elecciones del viernes. En total, el ministerio del Interior de Irán dijo que 30 millones de personas participaron en los comicios, los cuales se llevaron a cabo sin la presencia de observadores con reconocimiento internacional.

Los partidarios de Pezeshkian, cardiocirujano y veterano legislador, salieron a las calles de Teherán y otras ciudades antes del amanecer cuando empezó a incrementarse su ventaja sobre Jalili, un exnegociador del pacto nuclear entre Irán y las potencias mundiales.

Pero el triunfo de Pezeshkian aún encuentra a Irán en un momento delicado, de altas tensiones en Oriente Medio debido a la guerra entre Israel y Hamás, el avance iraní en su programa nuclear y una inminente elección en Estados Unidos que podría poner en riesgo cualquier posibilidad de una distensión entre Teherán y Washington. La victoria de Pezeshkian tampoco fue abrumadora sobre Jalili, lo que significa que tendrá que navegar con cautela la política interna del país, tomando en cuenta que el cirujano cardiólogo nunca se ha desempeñado en un cargo de tal magnitud.

La primera vuelta electoral del 28 de junio registró la menor participación en la historia del país desde la Revolución Islámica de 1979. Las autoridades iraníes se han referido desde hace años a la participación como una muestra de apoyo a la teocracia chií de Irán, la cual se ha visto presionada por el frágil estado de la economía del país ante las sanciones internacionales, las protestas multitudinarias y la intensa represión a los disidentes.

Funcionarios del gobierno, incluido el ayatolá Alí Jamenei pronosticaron una mayor participación durante la jornada electoral, aunque la televisora estatal transmitió imágenes de filas modestas en centros de votación de todo el país.

Las autoridades calcularon una participación en los comicios del viernes en 49,6%, una cifra que sigue siendo históricamente baja para una elección presidencial en Irán. Contabilizaron 607.575 votos nulos, lo cual suele indicar una protesta de parte de quienes se sienten obligados a votar pero rechazan a ambos candidatos.

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