Venezuela una esperanza desde las dudas

Lina Paulino

Periodista y psicóloga clínica.

La República Bolivariana de Venezuela, o Chavista o Maurista, quizás democrática  dictadora, o cuantas terminologías que  pudiéramos mencionar para referirnos a una nación, que una vez más acapara la atención del mundo, y por lo tanto muchos nos acreditamos el derecho de opinar desde nuestra óptica tan limitada como imaginativa.

En tal sentido, trataré de ser tan prudente como la indignación humana me lo permita desde lejos, porque aunque no soy de allá, de cierto modo, somos ciudadanos del mundo y la tierra es de todo y para todos y es por eso que cualquier acto que interfiera con la libertad es criminal.

Pero antes prefiero aducir que de alguna manera, el mundo siempre ha vivido bajo una especie de ¨dictadura democrática¨, influenciado por conveniencias e intereses de unos cuantos que compraron el título  de propiedad del globo terráqueo, y quienes permiten a los simples mortales hacer y deshacer solo cuando sus intereses no se vean afectados.

Venezuela está en ese punto tope, en donde las fuerzas se miden en desigual, mientras  los árbitros que por demás se mantienen a distancia, están divididos, determinando que es, lo que más le conviene, pero no al país como Estado soberano, sino de acuerdo al repunte político y social que les afecte a cada uno en particular, y perdón por la aseveración, pero los recientes resultados de la OEA no me dejan mentir.

A mi humilde consideración, aquí no se debería estar discutiendo si el gobierno ha sido bueno o malo,  porque todo a la verdad tiene su pro y sus contras, y de hecho hasta nuestra propia percepción puede traicionarnos,  sin embargo, lo que a ciencia cierta se debe determinar es la voluntad de un pueblo que al parecer dijo, no lo queremos más, no importa que nos hayan bajado el cielo con las manos, queremos un cambio y eso debe ser respetado.

Las amenazas, las burlas, el irrespeto incluso hasta a la  comunidad internacional, y el desorden evidenciado, donde la muerte del inocente está a la orden del día, ya no puede ser un asunto de hipocresía  diplomática,  sino de un peligro eminente que amenaza con hacer resurgir modelos obsoletos y aberrantes de gobiernos y eso a nadie les conviene.

La historia de la humanidad ha marcado hechos icónicos, donde la voluntad del pueblo se ha impuesto, pero a decir verdad, la esperanza conlleva a las dudas, y más hoy en día donde el individualismo supera al raciocinio.

Los psicólogos sabemos la importancia de una figura mediadora ante un conflicto, pero en este escenario al parecer nadie quiere ser héroe de una película extracurricular  y donde al parecer no están claras las ventajas o desventajas de la interferencia heroica.

Entre líneas, esta todo lo que quiero decir, porque yo tampoco me atrevo a emitir juicos categóricos como algunos que busca likes lo hacen, sin los más mínimos sentimientos que implica la dignidad humana.  Y abogo al buen juicio y a la razón de aquellos que tienen el poder para hacer cumplir,  el deber por encima del interés,  como dijo el cronista y pensador Francés Montesquieu, ¨La libertad consiste  en poder hacer lo que se debe ¨.

En la boca  del cantautor Silvio Rodríguez, con arreglos personales sonaría en esta forma¨ Venezuela está pariendo un corazón no puede más, se muere de dolor Y hay que acudir corriendo pues se cae El porvenir¨. Es cuánto.

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