Gilbert Gómez: El joven estratega que hizo historia en el Licey
Santo Domingo, 9 de octubre.- Aunque Gilbert Gómez no sea un nombre destinado al Salón de la Fama de Cooperstown, ya tiene un logro que lo distingue: ha ganado en la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom) como el dirigente más joven en hacerlo.
Dirigir en el béisbol invernal dominicano es un desafío monumental. Ningún equipo está en fase de reconstrucción, y el único resultado aceptable es ganar el campeonato. Sin embargo, esa presión aumenta exponencialmente cuando se trata de los Tigres del Licey, el equipo más ganador de la liga y con la mayor cantidad de seguidores, donde ser subcampeón nunca es una opción.
Gómez asumió las riendas del equipo en un momento crítico, con solo unos pocos partidos restantes en la temporada regular y el Licey atravesando una racha negativa que amenazaba su clasificación al round robin. Pero su llegada marcó el inicio de un cambio drástico.
Cuando se le informó que sería el nuevo dirigente de los Tigres, no se detuvo a pensar en el peso histórico que conlleva liderar el equipo más laureado de Lidom. Su enfoque estaba en resolver la situación. «La primera ficha que moví fue hacerles entender a los muchachos que, aunque no estábamos pasando por un buen momento, el talento estaba ahí. Les transmití la confianza que quizás algunos necesitaban, y les hice creer que podían hacerlo», explicó Gómez en una entrevista para el programa La Hora del Deporte.
Gómez confesó que, antes de su primer día al mando, reflexionó mucho sobre cómo dirigiría al grupo. Su meta era causar un impacto positivo con su discurso inicial y las decisiones sobre la alineación, buscando que los jugadores se identificaran con él desde el primer momento.
El joven dirigente también entendía que, así como las derrotas se sufrían más debido a la presión de ser los Tigres del Licey, las victorias eran igualmente satisfactorias. No obstante, mantuvo la humildad durante todo el proceso. «Procesé lo que significaba ser el dirigente del Licey y lo que habíamos logrado cuando regresé de la Serie del Caribe. No es que no me sintiera orgulloso, pero nunca me enfoqué en ser el mánager de los Tigres hasta que todo el trabajo estuvo completado», comentó.
A pesar del éxito, Gómez aseguró que no vive del pasado. Su mirada está puesta en el próximo reto: lograr el tricampeonato, una hazaña que no se ha alcanzado en Lidom desde hace casi 30 años.
La combinación de Gómez y el Licey se perfila como una unión sólida y confiable. Su juventud ya no debería ser motivo de duda. Se trata de un dirigente que se reinventa constantemente, abrazando tanto las nuevas tendencias del béisbol, como la sabermetría, sin renunciar a los principios de la vieja escuela.
Este equilibrio le da a la gerencia del Licey la confianza de que, sin importar el perfil de los jugadores en el terreno, Gómez encontrará la manera de maximizar su rendimiento y llevar al equipo al éxito.