República Dominicana enfrenta una crisis de mortalidad por accidentes de tránsito, la segunda causa de muerte en el país

Santo Domingo, 8 de noviembre. – La República Dominicana enfrenta un grave problema de salud pública: los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte en el país, superados solo por enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardíacas, la diabetes, y las hipertensivas.

Según el Ministerio de Salud Pública, este problema requiere atención inmediata y soluciones multisectoriales, pues la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito en el país alcanza 27 muertes por cada 100,000 habitantes, el doble de la media mundial y solo superada en la región por Haití, con una tasa de 31 por cada 100,000 habitantes.

Los accidentes de tránsito representan un gran reto para el sistema de salud dominicano. En el boletín epidemiológico de la semana 43, que analiza el período del 20 al 26 de octubre, el Ministerio de Salud Pública destacó la gravedad del problema. Este informe revela que, en 2023, los accidentes de tránsito se posicionaron como la segunda causa de muerte entre los hombres, solo por debajo de las enfermedades isquémicas del corazón.

Las víctimas principales de estos accidentes son personas entre 20 y 49 años, especialmente hombres, quienes representan el 87.6% de las muertes, mientras que las mujeres representan el 12.4%.

El Observatorio Permanente de Seguridad Vial reportó que en 2022, la cifra de fallecidos en accidentes de tránsito en el país ascendió a 2,921, con una tasa de 27.5 por cada 100,000 habitantes.

Además, se registraron 122,779 personas lesionadas, lo que equivale a una tasa de 115.6 lesionados por cada 100,000 habitantes. Las provincias con las tasas de mortalidad más altas son La Vega, Monseñor Nouel, La Altagracia y Samaná, con tasas de 53%, 49.5%, 46.4% y 45.7% respectivamente por cada 100,000 habitantes.

Frente a esta realidad, el Ministerio de Salud Pública subraya que la reducción de los accidentes de tránsito y de sus consecuencias mortales solo es posible mediante una respuesta integral y sostenida en el tiempo. Para ello, propone reforzar la educación vial, mejorar la infraestructura de carreteras y promover la conciencia sobre la seguridad en las vías. La prevención y la promoción de conductas responsables al volante son esenciales para reducir las muertes y lesiones.

El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también advierte sobre la necesidad urgente de implementar políticas y programas más efectivos en el país para enfrentar esta situación.

El Ministerio de Salud Pública coincide en que la seguridad vial debe ocupar un lugar prioritario en la agenda nacional, ya que su impacto es determinante en el bienestar y la salud pública. Ante este panorama, las autoridades destacan la importancia de la colaboración entre instituciones públicas y privadas para revertir esta alarmante tendencia.

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