Salud financiera en 2025

Juan Ariel Jiménez

El año 2025 traerá grandes retos para el bolsillo de los dominicanos. La falta de liquidez en la economía mantendrá las tasas de interés relativamente altas, lo que significa que quienes tienen préstamos enfrentarán pagos de cuotas más elevados. Además, es probable que la actividad económica se debilite en los primeros meses del año, lo que disminuirá la creación de empleos y provocará estancamiento de los salarios.

Ante este panorama, una de las mejores decisiones que podemos tomar a inicios de año es organizar nuestras finanzas personales. Diseñar un presupuesto y mantener la disciplina financiera puede marcar la diferencia entre la quiebra y la estabilidad económica.

Diseña tu presupuesto

El primer paso es crear un presupuesto personal o familiar. En dicho presupuesto debemos establecer mes a mes cuántos ingresos esperamos recibir y cuánto vamos a gastar. Lo ideal es tener este documento en un lugar accesible, ya sea impreso o digital, para revisarlo regularmente.

En cuanto a los ingresos, debemos empezar por los que son seguros, como el salario, y luego incluir aquellos menos seguros, como remesas o regalos. Quien no tiene un ingreso fijo, puede usar un promedio mensual basado en los ingresos de años anteriores.

En la planificación de los gastos, es importante priorizar. Debemos iniciar con las obligaciones más importantes, como el alquiler de la vivienda, los gastos de alimentación y medicamentos, así como la educación de los hijos. Al final de la lista deben quedar los gastos relacionados con entretenimiento y esparcimiento, ya que son los más fáciles de ajustar.

Para que el presupuesto sea efectivo, debemos ser honestos y realistas con nosotros mismos. De nada vale un presupuesto muy bien equilibrado si al final lo que se establece en él no se lleva a la práctica.

Compara ingresos y gastos

Una vez tengamos claros los ingresos y los gastos, es momento de compararlos. Si los gastos fijos superan a los ingresos seguros, es una señal de alerta. En este caso, es crucial reducir los gastos a tiempo. Por ejemplo, se podría considerar mudarse a una vivienda más económica o ajustar los hábitos de consumo. Aunque estas decisiones sean difíciles, tomarlas a tiempo puede evitar problemas mayores en el futuro.

En el caso de las personas que no tienen deuda, lo recomendable es establecer una meta de ahorro de al menos 10% de los ingresos mensuales.

En el caso de las personas que no tienen deuda, lo recomendable es establecer una meta de ahorro de al menos 10% de los ingresos mensuales.EXTERNA

Otra opción sería aumentar los ingresos, siempre que sea posible. Esto lo podemos lograr a través de un segundo trabajo, un nuevo negocio o buscando más clientes.

Paga las deudas y ahorra

Si los ingresos superan tus gastos, lo recomendable es usar ese excedente para pagar deudas, empezando por aquellas con las tasas de interés más altas, como las tarjetas de crédito o la deuda con prestamistas informales. En el caso de las personas que no tienen deuda, lo recomendable es establecer una meta de ahorro de al menos 10% de los ingresos mensuales.

Los ingresos eventuales, como bonos o regalos, también deben ser ahorrados en su mayoría. Tener un fondo de ahorro nos protege ante futuras emergencias (accidentes, problemas de salud, etc.) y evita que tengamos que endeudarnos para cubrir imprevistos. Aquí es importante recordar que el endeudamiento no planificado es el camino más rápido hacia la quiebra.

Lo mejor que podemos hacer con los ahorros es invertirlos en instrumentos financieros seguros, como bonos del gobierno, del Banco Central o de empresas formales. Para eso, es imprescindible realizar las inversiones a través de entidades financieras formales, como los puestos de bolsa. En cualquier caso, debemos evitar a toda costa entregar nuestro dinero a “expertos” que ofrecen un rendimiento exageradamente alto, pues con muy alta probabilidad más tarde que temprano estaríamos perdiendo nuestro dinero.

Evaluar y ajustar el plan

La planificación financiera no es un ejercicio de una sola vez. Es importante monitorear los gastos y compararlos con el presupuesto inicial, idealmente cada tres meses. Esto permite evaluar la disciplina financiera y realizar los ajustes necesarios en los hábitos de consumo.

En algunas ocasiones nos daremos cuenta que establecimos un control del gasto que no fue posible cumplir o una meta de ingresos demasiado optimista. Ante cualquiera de estas dos situaciones, es fundamental hacer las correcciones de lugar para evitar dificultades económicas futuras.

Y es que la estabilidad financiera depende más de la planificación y la disciplina que de los altos ingresos.

Conclusión

El 2025 será un año desafiante, pero también una oportunidad para demostrar que con organización y disciplina podemos superar cualquier obstáculo. Tomar el control de nuestras finanzas no solo nos permitirá enfrentar las dificultades económicas con confianza, sino también construir un futuro más estable y próspero.

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