¡¡Prudencia!!

Guillermo Caram

Clamar prudencia al liderazgo vigente puede lucir pretencioso. Pero emulado por el aria de Nabuco, ópera de Verdi: “Va penseiro”, vuela pensamiento; puede llegarse a quienes tienen potestades.

Un ejemplo: en pasado artículo cité que EU compra 40% del petróleo venezolano. Posteriormente Trump anunció suspensión de compra. ¿Volaron pensamientos, Coincidencia?

En el convulsionado mundo de hoy, nunca la prudencia había sido tan pertinente como ahora. Nos amenazan presiones demográficas-migratorias, ambientales, confrontaciones bélicas en medio mundo con armas nucleares, tráfico de ilegalidades corruptoras de pueblos, pretensiones hegemónicas, desconciertos económicos.

Prudencia distingue lo bueno de lo malo. Lleva a seguir lo primero y alejar lo segundo.

Es virtud cardinal del cristianismo.

Según Sitio web ochardcollege.Cl, es “actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela…moderación… previsión… reflexión… sensatez… precaución para evitar posibles daños, dificultades, males e inconvenientes”.

Amós, en las escrituras, advierte que el prudente sabe callar (5:13). Saber distinguir qué decir y cuándo, con palabras que sanan, animan. Nunca para zaherir y desanimar.

Maquiavelo la consideraba como “habilidad de prevenir… inconvenientes” de decisiones y acciones políticas… y para utilizar “recursos en el momento adecuado”.

Gracián procura, en su libro “Arte de la prudencia”, término medio en todo. Aconseja “Adivinar las maniobras del prójimo… Saber sobrevivir en un mundo hostil”.

Estas admoniciones resultan aplicables ante problemas presentes. A su forma de enfocarlos.

Siendo admirador de Balaguer nunca había valorado tanto la pertinencia de una de sus prédicas y prácticas favoritas: prudencia y moderación.

Hay urgencia imperiosa de prudencia al gastar y endeudarse.

De la cordura que le es consustancial: Plantear una ley para implementar candidaturas independientes, iniciativa renovadora de nuestros partidos y democracia, es maliciosamente absurdo. Legisladores partidistas no afilarán cuchillos para su propia garganta. No aprobarán leyes que afecten sus partidos. La bloquearan.

De la seriedad, también consustancial. Es poco serio encarar con espectáculos precariedades de servicios. Ej.: Intrant en transporte.

Es imprudencia desentenderse de encarecimientos de productos básicos.

Colma imprudencia la iniciativa gubernamental de aumento salarial, arriesgando desatar y desbocar expectativas que incrementarán gastos, déficits y costos desestabilizadores.

Hoy

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