Doble filo de la navaja de los aranceles al comercio

Juan Temístocles Montás

La balanza de cuenta corriente es la medida más completa de las transacciones comerciales externas de un país, y el resultado puede ser déficit o superávit. El tamaño del déficit en cuenta corriente es un reflejo del desbalance en el comercio bienes y servicios. En el caso de Estados Unidos, ese déficit ha estado presente en forma permanente desde 1984.

El balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos se explica por la diferencia entre el ahorro y la inversión. Un monto de inversiones domésticas por arriba del ahorro nacional es la causa principal del déficit comercial de un país; el financiamiento de esta diferencia requiere de entradas de capital foráneo y ubica a la nación deficitaria como un prestatario internacional neto. Es lo que ha sido Estados Unidos por alrededor de cuatro décadas.

Desde 1984 hasta la actualidad, la inversión doméstica en Estados Unidos ha superado el ahorro doméstico. Hay muchos países en donde la situación es diferente, o sea, el ahorro doméstico supera la inversión, lo que les permite disponer de recursos para invertirlos en países con déficit en cuenta corriente, buscando maximizar rendimientos.

En 2022 y 2023, el déficit del comercio de los Estados Unidos alcanzó 945 y 785 mil millones de dólares, respectivamente. El grueso de ese déficit lo aporta el comercio de bienes. En ese comercio, la balanza comercial estadounidense con Europa, Asia, África y América Latina es negativa. Específicamente, el déficit comercial estadounidense con China fue de más de 388 mil millones en 2021, subió a 421 mil millones en 2022 y se redujo a unos 300 mil en 2023. En el caso de la Unión Europea el balance comercial de Estados Unidos ha sido negativo, 230 mil millones de dólares en 2021, 218 mil en 2022 y 220 mil en 2023.

De su parte, el balance de comercio de México con Estados Unidos ha sido superavitario para el primero: con 112 mil millones de dólares en 2021, 135 mil millones en 2022, y 157 mil millones en 2023. También, Canadá muestra un comportamiento favorable en su comercio con Estados Unidos. El balance comercial fue positivo en 2021 en 141 millones de dólares, ascendió a 180 mil millones en 2022 y se mantuvo positivo en 2023 en 164 mil millones. En el terreno comercial, Estados Unidos no ha sido un ganador.

Frente a este panorama, el presidente Donald Trump está convencido de la necesidad de equilibrar el comercio de su país, para lo cual asume que la elevación de los aranceles a las importaciones estadounidenses es la estrategia adecuada para reducir el déficit comercial. Ya en su primera administración, 2016-2020, implementó aranceles más altos, especialmente sobre productos importados de países como China, con el argumento de que esto protegería a las industrias estadounidenses, fomentaría la producción local y reduciría la dependencia de las importaciones.

El problema con esta estrategia es que si bien puede reducir el déficit comercial de Estados Unidos con el resto del mundo sus efectos pueden ser complejos. Un primer problema es que aumentar los aranceles generará represalias por parte de otros países, lo que puede conducir a una escalada de tensiones comerciales y a una guerra comercial que reduzca el comercio mundial. Los países afectados por las medidas arancelarias estadounidenses pueden responder a estas políticas implementando sus propios aranceles, lo que podría afectar las exportaciones de Estados Unidos y contrarrestar los beneficios esperados por Trump.

Conviene no olvidar lo que ocurrió en los años 30 del siglo pasado con la política proteccionista de Estados Unidos. Esa política jugó un papel significativo en el colapso del comercio mundial durante la Gran Depresión. Entre 1930 y 1933, el volumen del comercio mundial se redujo entre un tercio y la mitad debido a la imposición de elevados aranceles a una amplia gama de importaciones con la intención de proteger la industria estadounidense. Eso condujo a otros países a implementar medidas similares, creando una guerra comercial que colapsó el comercio internacional, lo que frenó el crecimiento económico provocando un aumento en el desempleo y la pobreza en diversas economías.

Ojalá no se repita lo ocurrido en la década del 30.

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