Conep advierte sobre impacto de decisiones tributarias sin consenso y expresa preocupación por incertidumbre económica

Santo Domingo, 5 de marzo. El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) expresó su preocupación por la falta de consenso en la toma de decisiones tributarias y legislativas que afectan al sector productivo, advirtiendo que la incertidumbre generada por cambios repentinos en las reglas de juego puede impactar la confianza empresarial, la inversión y la generación de empleo.

El presidente del Conep, Celso Juan Marranzini, hizo un llamado a la estabilidad y el diálogo como elementos clave para el crecimiento económico, subrayando que cualquier reforma fiscal debe debatirse en un marco amplio y estructurado, en lugar de fragmentarse en medidas aisladas que distorsionan el entorno económico.

Durante su participación en la Entrevista Especial de elCaribe y CDN, Marranzini manifestó su inquietud por la manera en que el Senado aprobó el fideicomiso para el manejo de residuos sólidos, señalando que este debe fortalecerse sin desviarse hacia otras necesidades de recursos.

Acompañado por César Dargam, vicepresidente ejecutivo del Conep, y Julio Virgilio Brache, primer vicepresidente, Marranzini insistió en la necesidad de diálogo antes de aprobar legislaciones que afectan al sector privado.

“Tiene que haber un diálogo. La comisión que estudia los proyectos en el Legislativo debe recibir a todos los actores y explicar qué se busca con cada iniciativa. Es necesario analizar cuál es la necesidad de los recursos adicionales y garantizar que el fideicomiso sostenible mantenga su gobernanza actual”, afirmó.

El Conep ha cuestionado la rapidez con la que se han introducido ciertos proyectos sin un proceso de consulta adecuado, destacando que esto podría generar inseguridad en el sector privado.

“No podemos permitir que se aprueben medidas que afectan la economía sin antes llegar a un consenso. Necesitamos confianza en que las decisiones serán tomadas de manera transparente y con la participación de todos los sectores”, expresó Marranzini.

Una de las principales preocupaciones del Conep fue el reciente decreto 30-25, emitido por el Poder Ejecutivo, que pretendía penalizar con impuestos los servicios digitales proporcionados por proveedores internacionales y consumidores dentro de República Dominicana.

Aunque el decreto fue dejado sin efecto horas después de su publicación, su aparición generó dudas sobre la dirección de las políticas tributarias del gobierno. Además, se sumó a la controversia en torno al Proyecto de Ley de Residuos Sólidos, introducido en el Senado por el legislador Rogelio Genao, sin haber sido previamente discutido con los sectores afectados.

El martes también circuló un nuevo proyecto de ley, presentado en la Cámara de Diputados por el congresista Rogelio Genao Lanza (hijo), que busca modificar los regímenes de exenciones fiscales.

Esta propuesta ha generado rechazo en el empresariado, pues retoma aspectos clave de la reforma fiscal que el gobierno intentó implementar en 2024 y que fue retirada tras una fuerte oposición de diversos sectores. De ser aprobada, la nueva legislación eliminaría el artículo 50 de la Ley de Proindustria, considerada una pieza fundamental para la competitividad del sector industrial.

La eliminación de este artículo impactaría la capacidad de las empresas para reinvertir, expandirse y generar empleo, lo que, según los empresarios, afectaría gravemente la estabilidad económica del país.

Desde su última modificación en 2020, la Ley de Proindustria ha demostrado ser un pilar del crecimiento industrial, permitiendo a las empresas generar más empleos, mejorar su productividad, aumentar sus exportaciones y contribuir con mayores ingresos fiscales.

La Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD), representada por su vicepresidente Mario Pujols, se ha sumado a las preocupaciones del Conep, alertando que iniciativas legislativas como esta crean incertidumbre en el sector productivo y pueden frenar las inversiones.

El empresariado ha señalado que la proliferación de medidas tributarias sin un marco coherente genera señales contradictorias y dificulta la planificación empresarial. “Mantener en ascuas al sector productivo con iniciativas tributarias improvisadas afecta la confianza y desincentiva la inversión. Es difícil producir, innovar y generar empleos cuando las reglas cambian de repente sin previo aviso”, expresó Marranzini.

A pesar de las preocupaciones, el Conep reiteró su disposición al diálogo, enfatizando que no se puede hablar de una ruptura total con el gobierno, pero que las recientes decisiones han afectado la confianza empresarial.

“Nosotros no podemos decir que el diálogo está roto, pero sí que estas señales generan desconfianza. Un proyecto de ley descabellado, o que se aprueba sin comunicación ni consulta, afecta la confianza. No podemos generalizar, pero hay que prestar atención para evitar que esto se repita”, puntualizó el presidente del Conep.

En cuanto a la discusión fiscal, Marranzini sostuvo que cualquier reforma debe abordarse dentro de un pacto fiscal estructurado, donde se analicen tanto los ingresos como los gastos del Estado.

“No podemos aceptar medidas aisladas que no busquen un equilibrio real entre ingresos y egresos. Lo que el país necesita es una conversación amplia sobre cómo mejorar la recaudación, eficientizar el gasto público y garantizar la sostenibilidad fiscal sin afectar la competitividad del sector privado”, subrayó.

El presidente del Conep recordó que el gobierno ha reiterado que no tiene planes inmediatos de introducir una reforma fiscal, por lo que considera preocupante que se intenten aplicar cambios a través de decretos o proyectos aislados en el Congreso.

“Si el gobierno dice que no va a hacer una reforma fiscal, entonces no se deben introducir medidas de manera improvisada. Lo que puede mermar la confianza no es la reforma en sí, sino la falta de previsibilidad en las decisiones económicas”, explicó Marranzini.

El sector empresarial ha destacado que la confianza en el país ha sido un factor clave para el crecimiento de las inversiones, las cuales representan aproximadamente el 90% de todas las realizadas en República Dominicana.

La estabilidad macroeconómica y la seguridad jurídica han permitido un desarrollo sostenido, por lo que cualquier cambio que genere incertidumbre podría afectar este dinamismo.

“El alto nivel de inversiones que tenemos es lo que está impulsando la economía, y eso se debe a la confianza en el país. Es fundamental que cualquier medida se evalúe cuidadosamente dentro de un marco amplio, que garantice la estabilidad y permita que el sector productivo siga aportando al desarrollo nacional”, concluyó Marranzini.

En este contexto, el Conep reitera su llamado al diálogo y a la construcción de consensos antes de tomar decisiones que afecten a los sectores productivos del país. El empresariado dominicano insiste en que la mejor forma de abordar las reformas es a través de la transparencia, la previsibilidad y el respeto a la institucionalidad.

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