Lecciones de la tragedia

J.C. Malone

Las lágrimas, el dolor y la congoja le darán paso a la razon, entonces revisaremos con frialdad, como sociedad, donde fallamos, permitiendo la tragedia del Jet Set. Debemos investigar, y establecer responsabilidades, e introducir los correctivos necesarios para evitar repetir catástrofes similares.

Sin correctivos, las casi 300 víctimas murieron en vano.

      Debemos saber quién o quienes fallaron, y en qué, para eso debemos preserver el lugar, temporalmente, como zona de desastre que tiene muchas lecciones que debemos aprender.

      Tenemos antecedentes históricos para guiarnos en este necesario proceso. El 25 de marzo del 1911, el Triangle Shirtwaist Factory de Manhattan, estalló en llamas, murieron 146, 123 mujeres, entre 14 y 23 años, y 23 hombres.

      Como respuesta, se aprobaron leyes contra el trabajo infantil, de libertad sindical, seguridad laboral, escaleras de incendios y muchos otros correctivos.

      Los dominicanos sabemos transformar problemas individuales en soluciones colectivas.

El 11 de enero de 1952 nació un niño a quien nombraron Celso José, poco después contrajo polio. Su madre, doña Mary Pérez de Marranzini, inició una cruzada nacional, dejándonos como su legado los derechos de minusválidos y el Centro de Rehabilitación de Inválidos.

Muchas veces, es muy lamentable, para que “los de abajo” consigan algo, “los de arriba” deben sentirse golpeados.

La tragedia no debe ser politizada ni manipulada políticamente.

El Ministerio de Obras Públicas, y la alcaldía del Distrito Nacional (ADN deben inspeccionar que todas las edificaciones cumplan códigos y regulaciones.

Ahí murió Eduardo Guarionex Estrella, hijo  del ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella, y Christian Alejandro Tejeda Pichardo, director de Infraestructura Urbana, del ADN.  También falleció la esposa de Eduardo Guarionex, Alexandra Grullón, hija del extinto fundador del Banco Popular, Alejandro Grullón.

Esta noticia recorrió el mundo, impactará negativamente el turismo, nadie pagará para bailar donde se desplomen los techos.

Como tributo a todos los muertos, el cabildo y Obras Públicas deben aprobar y aplicar códigos estructurales rigurosos para las edificaciones, solo así evitaremos repetir tragedias similares.

Demostremos que hemos aprendido la lección de esta tragedia.

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