Inician reparaciones del Puente Francisco del Rosario Sánchez en medio de reclamos vecinales

Santo Domingo, 17 de abril. – Con el inicio de los trabajos de reparación en el emblemático puente Francisco del Rosario Sánchez, más conocido como el «puente de la 17», se reaviva tanto la esperanza como la preocupación entre los comunitarios de los sectores aledaños.

Este viaducto, vital para la conexión entre sectores del Distrito Nacional y Santo Domingo Este, ha sido objeto de constantes quejas por su deterioro progresivo, generando una creciente inquietud por la seguridad de los usuarios y la estabilidad estructural del puente.

Desde hace varios días, brigadas del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) se encuentran realizando intervenciones visibles en diversas áreas del puente. Las labores incluyen limpieza del óxido acumulado en los hierros estructurales, reemplazo de piezas metálicas deterioradas, retiro de planchas, reparación de tuberías, y refuerzo de la herrería.

Estos trabajos han sido recibidos con escepticismo por parte de residentes y transeúntes, quienes consideran que las medidas adoptadas podrían ser solo paliativas ante un problema mayor.

“Eso hay que repararlo por abajo, que ya no sirve”, comentaba un chofer mientras cruzaba el puente, reflejando el sentimiento compartido por muchos usuarios que diariamente utilizan esta vía.

La preocupación no es infundada: durante años se ha denunciado el desprendimiento de vigas, vibraciones anormales, y sonidos metálicos inquietantes, alimentando el temor de un posible colapso.

Entre los más afectados están los moradores que viven bajo la estructura del puente. Yesenia Ventura, una residente de larga data, expresó su angustia ante la situación actual.

“No es justo que vengan a limpiar los hierros si eso ya no aguanta, no queremos que lo remienden, pedimos que hagan otro para que ese descanse de tanto peso”, manifestó visiblemente afectada.

Ventura, quien sufre de insomnio debido al constante ruido generado por las maquinarias y martillos, dijo sentirse atrapada en un entorno que afecta tanto su salud física como emocional.

Además, relató cómo su esposo, quien padece de crisis nerviosas, ha empeorado por el estrés acústico. “He tenido que salir varias calles después para evitar escuchar los martillos”, confesó.

A las molestias por el ruido se suma la incertidumbre sobre un eventual desalojo. Ventura denunció que aunque se han realizado varios censos en la zona, hasta la fecha no han recibido notificaciones oficiales ni detalles sobre su reubicación. “Solo prometen y venden sueño”, expresó con frustración, tras asegurar que las autoridades les han hecho promesas que nunca se cumplen.

Según algunas vecinas, ciertas viviendas ya están marcadas con señalizaciones que formarían parte del proceso de desalojo. Sin embargo, reina la confusión y el desasosiego al no haber información clara sobre los pasos a seguir ni sobre posibles compensaciones o soluciones habitacionales.

Frente a las críticas y denuncias, el MOPC emitió un comunicado anunciando el cierre temporal del puente durante la Semana Santa, como parte de los trabajos de mantenimiento intensivo. La medida incluye la restricción del tránsito de vehículos pesados con más de tres ejes, en un esfuerzo por preservar la seguridad tanto de los técnicos como de los usuarios.

El ministerio informó que el proyecto cuenta con un equipo técnico de “alta calificación”, integrado por profesionales dominicanos y expertos internacionales con experiencia en infraestructura vial. Este grupo se encargará de evaluar, rediseñar y reforzar la estructura con base en criterios técnicos modernos.

Asimismo, el MOPC aseguró que el puente sigue siendo seguro para su uso y que posee un sistema articulado de interconexiones que permite distribuir eficientemente la carga vehicular.

En el comunicado también se resaltó que la infraestructura se encuentra bajo monitoreo constante por parte del Ministerio, en coordinación con la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones, así como la empresa contratista PINSA.

“Es importante destacar que, aunque puedan observarse signos visuales de desgaste o deterioro en algunas partes del puente, estos no representan un riesgo estructural general.

El diseño articulado de la estructura está concebido para absorber cargas y movimientos, lo cual es habitual en infraestructuras de esta naturaleza y antigüedad”, puntualiza el documento oficial.

Durante el cierre del puente, las autoridades han establecido rutas alternas para los vehículos de carga. Para quienes se desplacen desde el oeste hacia el este con permiso de Zona de Acceso Restringido (ZAR), la ruta será por la avenida Kennedy, Francisco del Rosario Sánchez, Josefa Brea, puente Duarte y las Américas. En sentido inverso, se utilizarán las avenidas Charles de Gaulle, Hermanas Mirabal y Máximo Gómez.

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