República Dominicana urge apoyo ruso para Haití, pero Moscú guarda silencio

Santo Domingo, 1 de mayo de 2025 — En el marco de una visita oficial que marcó un hito diplomático en las relaciones entre República Dominicana y Rusia, el canciller dominicano Roberto Álvarez solicitó formalmente a su homólogo, el ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, que su país apoye una intervención más decidida y efectiva de las Naciones Unidas en Haití, donde la situación humanitaria, política y de seguridad se agrava día a día.

El pedido fue formulado durante un encuentro bilateral entre ambos cancilleres en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX), en Santo Domingo, como parte de la agenda de Lavrov en su primera visita oficial a suelo dominicano.

Álvarez explicó que expuso con claridad la posición dominicana ante la crisis haitiana, subrayando la urgencia de una acción coordinada por parte de la comunidad internacional, particularmente en lo que respecta al apoyo logístico y financiero de la misión multinacional que intenta restablecer el orden en el país vecino.

“Le presenté al canciller Lavrov la posición dominicana de una manera detallada, que aboga por una acción coordinada y urgente más efectiva de la misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití, para la cual esperamos que las Naciones Unidas desempeñe un rol central en la logística y el financiamiento para asegurar su efectividad”, dijo Álvarez durante una rueda de prensa conjunta.

La respuesta que nunca llegó

Pese a la claridad del pedido y a la importancia geopolítica de Rusia como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU —órgano rector de la misión de estabilización en Haití—, Lavrov optó por no referirse al tema en su intervención pública ante los medios.

Su silencio ha sido interpretado como una señal de cautela, pero también como una muestra de la postura ambivalente que ha caracterizado a Rusia en relación con las intervenciones internacionales en el Caribe y, particularmente, en la crisis haitiana.

Desde hace varios meses, República Dominicana ha insistido en la necesidad de una acción internacional decidida para evitar el colapso institucional de Haití y contener las consecuencias de su deterioro social, que incluyen flujos migratorios irregulares, tráfico transfronterizo y riesgos de seguridad que afectan directamente al país.

Para el gobierno dominicano, la fuerza multinacional liderada por Kenia necesita un respaldo más sólido que solo puede garantizarse si los grandes actores del sistema multilateral, como Rusia, asumen una postura constructiva en el Consejo de Seguridad.

Un socio clave que no se pronuncia

La omisión de Lavrov es aún más significativa si se considera el papel clave que desempeña Rusia como potencia global y su influencia directa en las decisiones del Consejo.

Cualquier resolución sustancial respecto a Haití, que implique financiamiento, despliegue militar o mandatos de intervención, requiere del voto favorable o al menos de la abstención de los cinco miembros permanentes: Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia y Rusia.

El silencio ruso, por tanto, plantea una interrogante de fondo sobre las intenciones del Kremlin respecto a la región y sobre el tipo de colaboración que realmente está dispuesto a ofrecer más allá de los discursos formales de amistad y cooperación.

Avances diplomáticos bilaterales

Más allá del tema haitiano, la visita de Lavrov se presentó como una ocasión para profundizar los vínculos bilaterales entre Rusia y República Dominicana, en el marco de la conmemoración de los 80 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Durante su estancia en Santo Domingo, Lavrov participó en varias reuniones oficiales, incluyendo dos encuentros con el canciller Álvarez y una visita al presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional.

Uno de los anuncios más destacados fue la apertura simbólica de la primera embajada de Rusia en República Dominicana, un paso diplomático que busca consolidar una presencia más estable y estructurada de Moscú en el Caribe.

Lavrov confirmó que el embajador designado, Alexéi Serédin, ya se encuentra en territorio dominicano y ha iniciado las gestiones para ubicar la sede diplomática y organizar su funcionamiento operativo.

“Apoyaremos ese trabajo para que empiece a funcionar la embajada plenamente en su propio edificio”, afirmó Lavrov, quien destacó que República Dominicana representa un “socio prometedor” en la región latinoamericana, con quien Rusia desea mantener relaciones basadas en el respeto mutuo, el equilibrio de intereses y el entendimiento político.

Intercambio comercial, turismo y formación

Durante las conversaciones bilaterales, ambas partes expresaron su interés en revitalizar la cooperación económica y comercial, prestando especial atención a sectores como el turismo, la conectividad aérea, el comercio de bienes y servicios, así como la inversión en áreas estratégicas.

Se proyecta la realización de un foro empresarial entre representantes de ambos países, con el respaldo de la Cámara de Comercio e Industria de Rusia y la embajada dominicana en Moscú.

También se discutió la posibilidad de avanzar hacia la eliminación de visados entre ambas naciones y la reanudación de vuelos directos, que facilitarían no solo el turismo, sino también los intercambios culturales y comerciales.

El canciller Álvarez enfatizó la necesidad de generar mecanismos que favorezcan la llegada de turistas rusos al país, mientras Lavrov destacó la intención de su gobierno de ampliar las oportunidades de formación para jóvenes dominicanos en instituciones rusas.

En ese sentido, mencionó como referencia los programas de formación en seguridad, emergencias y lucha antidrogas, que ya funcionan en colaboración con países como Nicaragua y Cuba, y que podrían extenderse a República Dominicana mediante alianzas institucionales.

Una visita simbólica y estratégica

La llegada de Lavrov a Santo Domingo no solo fue histórica por tratarse de la primera visita oficial de un canciller ruso al país, sino también por su valor simbólico en un contexto internacional marcado por tensiones crecientes entre Rusia y Occidente.

Tras la invasión de Ucrania en 2022, Moscú ha buscado fortalecer su presencia diplomática en regiones donde aún mantiene márgenes de maniobra, como América Latina.

En este contexto, República Dominicana, aunque aliada tradicional de Estados Unidos, emerge como un interlocutor de creciente peso en organismos multilaterales. Su papel en el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque temporal, le otorga visibilidad internacional y responsabilidad en la gestión de crisis regionales como la de Haití.

El encuentro con Abinader

Como parte de su agenda, Lavrov fue recibido por el presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional. El encuentro, que duró aproximadamente 35 minutos, se realizó con un bajo perfil protocolar. A diferencia de otras visitas de alto nivel, no hubo alfombra roja ni rueda de prensa conjunta, y la reunión no apareció en la agenda pública del mandatario.

Según un comunicado oficial, Abinader y Lavrov conversaron sobre los lazos históricos entre ambos países y coincidieron en la importancia de fortalecer las relaciones bilaterales en todos los ámbitos.

Tras la reunión, Lavrov partió hacia el Aeropuerto Internacional de Las Américas para continuar su gira por la región, que lo llevó previamente a Brasil, donde participó en la cumbre ministerial del grupo BRICS.

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