Edwin Paraison advierte sobre una “situación explosiva” en Haití y denuncia complicidad política con las bandas armadas

Santo Domingo, 7 mayo. – El ex cónsul de Haití en la República Dominicana y director ejecutivo de la Fundación Zile, Edwin Paraison, calificó como “explosiva e insostenible” la crisis que atraviesa Haití, advirtiendo que el control territorial por parte de bandas armadas, el colapso institucional y la ausencia de una respuesta internacional efectiva han llevado al país al borde del colapso total.

Durante una entrevista en el programa Propuesta de la Noche, transmitido por Teleimpacto, Paraison alertó que las bandas criminales dominan cerca del 90% del territorio de Puerto Príncipe, incluidas zonas estratégicas como los accesos a puertos y fronteras.

“Estamos ante una situación insostenible, no solo para el pueblo haitiano, sino también para la región”, sostuvo.

Paraison denunció que las armas utilizadas por las bandas provienen casi exclusivamente de Estados Unidos, particularmente del sur de la Florida.

Afirmó que las autoridades estadounidenses reconocen esta realidad, pero no han implementado medidas efectivas para detener el flujo ilegal.

También confirmó que la frontera con República Dominicana ha sido usada como ruta de tráfico, pese a los esfuerzos del Estado dominicano por combatirlo.

Incluso, mencionó casos documentados en que miembros de la policía haitiana participaron en el tráfico de armas. “Algunos oficiales han sido parte del negocio. Las bandas están armadas hasta los dientes y bien financiadas”, indicó.

Paraison destacó que bandas como Katsamawozo han tomado control de importantes puntos comerciales en la frontera, como Jimaní-Malpaso y Elías Piña-Belladère, donde imponen “peajes” a comerciantes.

Mujeres conocidas como madamsara, dedicadas al comercio informal entre ambos países, han sido víctimas de ataques armados por parte de estos grupos, lo que ha reducido dramáticamente la actividad económica en esas zonas.

“Una de las bandas más notorias, liderada por Izo, incluso reclamó públicamente una operación en Mirbalais porque le tumbaron un cargamento de armas que venía desde República Dominicana”, relató.

Complicidad de actores políticos y empresariales

El director de la Fundación Zile afirmó que el origen de estas bandas está vinculado al sistema político haitiano. En sus inicios, explicó, fueron utilizadas por políticos como fuerzas de seguridad informal y luego por empresarios que pactaban con ellos para mantener protegidos sus negocios en barrios inseguros.

Con el tiempo, estos grupos ganaron poder y se independizaron del control de sus antiguos patrocinadores, señaló.

“Desde el martelismo y con Jovenel Moïse se intentó formalizarlos, hasta crear una federación de grupos armados con asesoría de la ONU, pero el resultado fue contraproducente: hoy se imponen al Estado”, aseguró.

Paraison también criticó la ineficacia de la misión internacional liderada por Kenia y respaldada por El Salvador. “Los grupos siguen ganando terreno, incluso se han adueñado de emisoras de radio, como Radio Panic en Mirbalais, frente al consulado dominicano”, denunció.

Sobre el Consejo Provisional de Transición que actualmente intenta gobernar Haití, expresó dudas sobre su capacidad para restablecer el orden y organizar elecciones.

 “No es realista pensar que puedan cumplir con su mandato en tan poco tiempo. Un proceso electoral serio toma mínimo dos años de preparación, y ya estamos a mitad de 2025”, advirtió.

Pese a la violencia, el dirigente destacó que la vida cotidiana persiste, con comerciantes informales y trabajadores saliendo cada día a “buscarse la vida”.

Sin embargo, lo hacen en un contexto de extrema inseguridad, donde en cualquier momento pueden ser víctimas de tiroteos, secuestros o asesinatos.

“Aunque la ciudad funciona, es como una moneda con dos caras: una vida que resiste y un caos armado que domina”, reflexionó.

Finalmente, Paraison hizo un llamado a la comunidad internacional para no abandonar a Haití. “Mientras hay recursos para guerras en otras partes del mundo, se nos dice que no hay más para Haití. Eso no es justo”, concluyó.

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