República Dominicana abre el debate migratorio: El CES se prepara para abordar el futuro de la mano de obra haitiana

Por la Redacción

Santo Domingo, 18 de mayo de 2025. — La reciente decisión del Gobierno y de tres ex presidentes de la República de convocar al Consejo Económico y Social (CES) para discutir una estrategia nacional frente a la crisis haitiana ha despertado una oleada de expectativas y desafíos.

La propuesta, respaldada por un inédito gesto de unidad entre el presidente Luis Abinader y sus tres antecesores —Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía—, busca canalizar consensos en torno a un tema tan complejo como urgente: la migración haitiana y su vínculo con el desarrollo económico local.

El CES ha sido históricamente el escenario donde se han discutido los grandes pactos nacionales. Desde el pacto educativo —uno de sus mayores logros— hasta procesos inconclusos como el eléctrico y el fiscal, el organismo ha oscilado entre la eficacia institucional y el estancamiento burocrático.

Hoy, su nuevo reto implica diseñar un marco que, entre otras opciones, podría legalizar temporalmente la contratación de mano de obra extranjera en sectores claves como la construcción y la agroindustria.

Este enfoque no es nuevo. Empresarios del sector construcción y agrícola han insistido en la necesidad de contar con trabajadores haitianos por la escasez de mano de obra local y los altos costos operativos.

Sin embargo, regular este tipo de contratación en un contexto de crisis migratoria y tensión bilateral implica un delicado equilibrio entre el pragmatismo económico y la soberanía nacional.

El mandato del decreto 13-05 establece que 45 organizaciones —desde sindicatos y gremios empresariales hasta representantes académicos, religiosos y de la sociedad civil— participarán en este diálogo multisectorial.

Esta diversidad, aunque enriquecedora, anticipa un proceso complejo y posiblemente prolongado. Cada sector llegará con su propio enfoque: mientras algunos priorizarán el control fronterizo y la seguridad nacional, otros insistirán en la necesidad de garantizar derechos humanos y regularizar el empleo de migrantes.

El presidente del CES, Rafael Toribio, ha iniciado ya conversaciones preliminares con los distintos actores, aunque aún se espera el llamado formal del Poder Ejecutivo. En paralelo, el CES trabaja en el diseño del espacio de diálogo, consciente de la carga simbólica y política del proceso.

Organizaciones como la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) y Participación Ciudadana (PC) han valorado positivamente la iniciativa, señalando que refleja una madurez política poco común en el país. “Es una oportunidad histórica para construir una política migratoria coherente, humana y eficaz”, sostuvo Leidy Blanco, coordinadora general de PC.

Desde la perspectiva histórica, el presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Juan Daniel Balcácer, calificó la reciente reunión de los expresidentes como “un hito sin precedentes” en la vida democrática nacional. “Se trata de un caso excepcional que refleja un alto nivel de consenso frente a una de las crisis más desafiantes de nuestra era”, apuntó.

Mientras la sociedad dominicana espera con cautela el desarrollo de este nuevo diálogo, las expectativas se enfocan no solo en lo que se diga, sino en lo que se logre ejecutar. Si el CES logra traducir la voluntad política en políticas sostenibles, podría marcar un antes y un después en la gestión migratoria del país y en la relación con Haití.

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