Las raíces históricas del odio contra Haití
Felipe Ciprián
Compartiendo la Isla de Santo Domingo, haitianos y dominicanos han sido víctimas de potencias europeas –y élites locales– de una labor sistemática para que se odien.
Aunque esa rivalidad es vieja, ahora una parte de los dominicanos exhibe un aire muy pronunciado de superioridad racial frente a los haitianos.
La historia que se ha inoculado es que los haitianos son los agresores de los dominicanos, y por ello hay que odiarlos, lo que no sucede con Estados Unidos que ha metido sus tropas en el país en dos ocasiones para mancillar su soberanía.
La cantidad de muertos en las dos agresiones norteamericanas a República Dominicana es incomparablemente mayor que las que arrojaron las “invasiones” haitianas antes de que existiéramos como nación.
Ningún odio
En la primera agresión (1916-1924), además de los muertos y torturados, las casas quemadas y las plantaciones destruidas, los norteamericanos adiestraron al coyote Rafael Trujillo para que institucionalizara la traición, el pillaje y el asesinato político durante 31 años.
En la segunda, las tropas de Estados Unidos vinieron a salvar a los soldados que ellos habían adiestrado por años y dieron el golpe de Estado a Juan Bosch, a quienes militares constitucionalistas y el pueblo en armas pusieron en derrota en cuatro días.
El lago de sangre dominicana que se formó por la acción militar estadounidense fue profundo y se extendió por 12 años de gobiernos de Joaquín Balaguer, pero teniendo como Estado Mayor a los oficiales de Estados Unidos.
Con esa estela detrás de las acciones contra los dominicanos, a nadie se le ocurre odiar a los norteamericanos. Y yo soy el primero que no los odia, por la misma razón que no odio a los haitianos.
Desde inicios del año 1500, la colonización europea ocupó la isla con aventureros.
Desde inicios del año 1500, la colonización europea ocupó la isla con aventureros.ARCHIVO/LD
Huella del colonialismo
Se nos ha hecho creer que los haitianos invadieron el territorio dominicano en 1822 e impusieron su yugo por 22 años hasta que Los Trinitarios de Duarte, Sánchez y Mella se levantaron en armas por la independencia.
La cosa no es tan sencilla ni esos hechos involucraron solamente a dominicanos y haitianos.
Desde inicios del año 1500, la colonización europea ocupó la isla con los aventureros que sobreexplotaron a la población indígena inicialmente y luego a los esclavos cazados en África.
El resultado fue la extinción de los nativos en pocas décadas, quedando el territorio produciendo intensivamente alimentos en el hoy Haití y ganado en la hoy República Dominicana.
Como la parte “dominicana” no tenía una agricultura con capacidad exportadora y la parte haitiana sí, el grueso de los esclavos negros africanos se concentró de aquel lado. Haití terminó colonizado por Francia, que aprovechó su condición de alta productividad, para considerarlo su territorio más próspero en ultramar.
La guerra entre España y Francia terminó con el Tratado de Basilea en 1795.
Derrotada, España cedió la parte española de la Isla a Francia, a pesar de que el rey Calos V había jurado que la porción oriental de Santo Domingo jamás sería enajenada y si alguien lo hacía en el futuro, era un acto nulo.
Adiós a la revolución
El 15 de diciembre de 1799, Napoleón Bonaparte proclamó que la Revolución Francesa, aquella de Libertad, Igualdad, Fraternidad, había terminado y Francia involucionaba con igual velocidad de la libertad a la esclavitud en sus colonias.
A pesar de las maniobras del gobernador español, Joaquín García, que no quería entregar la porción oriental a Francia, en 1801 el general Toussaint Louverture, en representación de Francia, la ocupó militarmente y García no tuvo más remedio que rendir sus armas y salir despavorido hacia Maracaibo.
Además de a Francia, Toussaint representaba la esperanza de libertad para los negros de la isla, ahora que retornaba la esclavitud.
Toussaint vino a la parte oriental a poner a los “dominicanos” a trabajar, impulsó un plan de desarrollo, clasificó los cultivos, organizó el comercio insular, pero sobre todo, abolió la esclavitud.
Fue, sin una sola denuncia de atropello, el gran admirado en el Haití de habla española.
Se estaban sentando las bases para una verdadera cooperación entre “dominicanos” y haitianos, pero comenzaron a ser saboteadas por la Francia que instruyó desarmar a los negros de ideas libertarias y volver a someter a la esclavitud a los de la parte oriental de la isla.
Ante los impulsos revolucionarios de Toussaint que incluían el interés de aprobar una declaración de independencia y una Constitución antiesclavista para toda la isla, Napoleón respondió enviando una expedición militar de 57,500 soldados, encabezados por su cuñado, Charles-Victoire-Emmanuel Leclerc.
Toussaint deja la parte oriental y marcha a Haití para pelear contra la soldadesca invasora francesa que concentró allí a 56,500 militares y solo mil entre Monte Cristi y Santo Domingo.
El desenlace militar de las batallas no pudo ser más desastroso para Francia: más de 50,000 soldados franceses muertos –incluido el propio Leclerc– y 7,000 prisioneros que capitularon.
“Invasión” haitiana 1822
Derrotados los franceses humillantemente en Santo Domingo por la superioridad combativa de los haitianos, el territorio que hoy ocupa República Dominicana siguió una vida normal –salvo episodios momentáneos– como parte integrante de Haití.
Nada perturbaba el idioma, la fe católica, la educación y las costumbres impuestas por España hasta que a Núñez de Cáceres se le ocurrió independizar al Haití Español a finales de 1821 y pedir el protectorado de Bolívar, que nunca fue respondido porque fueron los haitianos quienes armaron y apoyaron al Libertador para volver a Venezuela.
La amenaza de reimplantar la esclavitud en la parte española, más el intento de separación de un territorio que legal (Tratado de Basilea) y materialmente (los revolucionarios haitianos expulsaron a Francia), era haitiano, provocó la “invasión” de 1822.
Durante 22 años los “dominicanos” no hicieron resistencia al control haitiano de toda la isla y comprendían que Haití simplemente tomaba lo que era suyo porque España se lo había cedido a Francia y los revolucionarios haitianos se lo habían arrebatado a los franceses.
¿Invadieron los haitianos a República Dominicana en 1822? No, ese país no existía, ellos tomaron control de un territorio que les pertenecía y estaba dando visos de separación y reimplantación de la esclavitud.
Francia, España y otras potencias se han encargado de dividir a haitianos y dominicanos y ningún patriota se ha encargado de ponerles frente, porque es más fácil endemoniar a los negros de Haití.
Casualmente, los paladines de la defensa de la soberanía (Abinader, Leonel y Danilo) aceptan hoy los agravios de Estados Unidos, de todo tipo, mientras acosan a infelices haitianos por doquier.
Listín Diario