República Dominicana a las puertas de una controversial reforma laboral: Congreso define su futuro este sábado
Santo Domingo, 26 de julio de 2025 — La República Dominicana podría estar a solo horas de contar con un renovado Código Laboral, tras intensos debates y negociaciones que han mantenido en vilo a legisladores, sectores empresariales y sindicatos durante los últimos meses.
Esta reforma, de ser aprobada por la Cámara de Diputados en segunda lectura antes de la medianoche de este sábado, marcaría un hito en la legislación laboral del país, actualizando la Ley 16-92 tras más de tres décadas de vigencia.
Entre las principales innovaciones que propone este proyecto se encuentra la conservación del régimen de cesantía, un tema altamente sensible que ha sido objeto de largas discusiones. Además, se incluyen mejoras significativas en los derechos laborales relacionados con licencias y jornadas laborales.
La nueva normativa propone duplicar la licencia de paternidad, establecer un mínimo de 14 semanas de licencia de maternidad pagadas y ampliar las licencias por matrimonio y por fallecimiento de familiares.
De igual modo, introduce una protección más sólida para la mujer trabajadora durante el embarazo, el período postparto y hasta tres meses después del nacimiento del hijo, prohibiendo su despido durante este lapso.
En consonancia con los cambios en las dinámicas laborales a nivel global, la propuesta incluye la regulación del teletrabajo y otras modalidades contractuales atípicas.
Se establece un marco normativo para jornadas extendidas y horarios flexibles, priorizando el consenso entre las partes y la obligación de notificar al Ministerio de Trabajo, lo que permite una mayor adaptabilidad a los tiempos actuales.
A pesar de la relevancia y urgencia de esta reforma, su destino pende de un hilo. El Congreso Nacional tiene como fecha límite este sábado 26 de julio para enviar el proyecto al Poder Ejecutivo y que pueda ser promulgado.
Este apremio se debe a que la primera legislatura ordinaria del período 2024-2028 concluye justo a la medianoche, y conforme al artículo 19 del reglamento del Senado, los proyectos tienen una vigencia limitada a dos legislaturas ordinarias. Si no se aprueba antes del cierre de la legislatura, el proyecto se considerará perimido y deberá ser reintroducido desde cero.
Aunque el presidente Luis Abinader ha convocado a una legislatura extraordinaria del 27 de julio al 5 de agosto mediante el decreto 409-25, esta no contempla la continuidad del proyecto de reforma laboral. El artículo 100 de la Constitución establece que las sesiones extraordinarias no detienen la caducidad de los proyectos legislativos, por lo que el plazo es inamovible.
El proceso legislativo ha sido veloz. Tras más de nueve meses en el Senado, donde fue analizado por una comisión especial con la participación de diversos sectores sociales, el proyecto fue aprobado en primera lectura el pasado 8 de julio. Posteriormente, fue remitido a la Cámara de Diputados, donde el pasado miércoles fue aprobado en primera lectura.
Sin embargo, la rapidez del proceso ha despertado críticas. El diputado Charlie Mariotti denunció que el proyecto fue aprobado sin el debido análisis, argumentando que no fue sometido a una comisión bicameral como sí lo fue la propuesta del nuevo Código Penal.
«Este proyecto nosotros no lo hemos conocido, el proyecto llegó anoche. Sí se leyó, pero nosotros no lo hemos conocido y la legislatura vence el sábado», advirtió Mariotti.
A pesar de las objeciones, la mayoría oficialista impuso su voto y logró avanzar el proyecto a su segunda lectura, que debe producirse este mismo sábado para evitar su extinción legislativa.
En cuanto a los derechos específicos, el nuevo Código incluye mejoras para las trabajadoras madres. El artículo 240 establece tres descansos remunerados de al menos 20 minutos cada uno en el lugar de trabajo para amamantar, desde el nacimiento del hijo hasta que este cumpla un año.
Asimismo, se introduce una regulación precisa para los trabajadores del hogar. El artículo 263 fija su jornada laboral en un máximo de ocho horas diarias y 44 horas semanales, con un reposo mínimo de 10 horas entre jornadas.
Además, establece un descanso intermedio de al menos una hora tras cinco horas continuas de trabajo, cuya modalidad podrá ser acordada entre empleador y trabajador. También garantiza un descanso semanal ininterrumpido de 36 horas, un avance significativo en las condiciones de este sector.
La propuesta también destaca por reconocer los impactos de la tecnología en el ámbito laboral, integrando formalmente la figura del teletrabajo como una modalidad legal, lo cual podría fomentar la inclusión de talentos que antes no tenían acceso a empleos tradicionales.
En suma, este proyecto representa un intento ambicioso de modernizar la legislación laboral dominicana, equilibrando los derechos de los trabajadores con la flexibilidad que exige la economía del siglo XXI.
Pero el reloj avanza, y con él, la presión sobre los legisladores para que conviertan esta iniciativa en ley antes de que se agote el tiempo. La historia se escribirá en las próximas horas en el Congreso Nacional.