Almudena Ariza: la voz del periodismo que resiste entre las ruinas del mundo

Santo Domingo, 26 de julio de 2025 — En un momento donde la desinformación se impone con rapidez y los discursos polarizados erosionan la verdad, la periodista española Almudena Ariza se mantiene como un faro de ética, rigor y humanidad.

Con más de tres décadas de trayectoria vinculada a Radio Televisión Española (RTVE), Ariza ha sido corresponsal en escenarios tan diversos y convulsos como Asia, Estados Unidos, Oriente Medio y Europa, donde ha cubierto guerras, desastres y crisis humanitarias que han marcado la historia reciente.

Desde su actual puesto en Jerusalén, la veterana reportera enfrenta con valentía uno de los conflictos más crudos y prolongados de nuestros tiempos. En entrevista con la revista Ahora, Ariza no titubea en calificar la situación en Gaza como una “masacre sostenida”.

“Lo que ocurre en Gaza ya no puede llamarse conflicto. Y desde Jerusalén se vive con la frustración de no poder estar dentro, con las restricciones informativas, la presión, el ruido político… y la angustia constante de contar muertes que no deberían estar ocurriendo”, afirmó.

Esa rabia e impotencia, sin embargo, no han frenado su labor de documentar con precisión y sensibilidad los horrores de la guerra. Para Ariza, el periodismo no solo informa: “En contextos donde se intenta controlar el relato, el periodismo es resistencia. Contar lo que otros quieren ocultar es, en sí mismo, un acto de defensa de los derechos humanos”.

Su estilo, marcado por un enfoque cercano y empático, ha sido aclamado internacionalmente. Recientemente, recibió una de las prestigiosas Medallas de Oro de la Cruz Roja, un reconocimiento que, en sus palabras, representa a todos los que creen en el periodismo como servicio público.

“Lo recibí con emoción, y también con la certeza de que hay que seguir. Aunque duela. Aunque cueste. Porque hay historias que necesitan ser contadas”, expresó.

A lo largo de su carrera, Ariza ha sido testigo del dolor humano en sus expresiones más extremas, pero también de actos de solidaridad que definen la grandeza de lo humano.

“En medio de guerras, catástrofes o crisis olvidadas, siempre he visto aparecer lo mejor del ser humano. Gente que arriesga su vida por otros. En las peores circunstancias, también brilla la dignidad, la generosidad, la bondad. Eso también merece ser contado”, enfatizó.

Frente al sensacionalismo que trivializa el sufrimiento, Ariza defiende un periodismo que escucha antes de preguntar, que cuida cada palabra, cada imagen, cada silencio. “No se trata solo de contar lo que ocurre, sino de cómo lo cuentas. Detrás de cada dato hay alguien que sufre, y nunca hay que olvidarlo”.

Ese respeto hacia las víctimas ha sido su brújula ética en coberturas que la han llevado desde campos de refugiados hasta zonas devastadas por terremotos o epidemias. Sin embargo, reconoce que el impacto emocional de este tipo de trabajo es profundo y difícil de gestionar.

“A veces te rompe por dentro. Otras, te deja insensible sin darte cuenta. Pero intento recordar siempre por qué estoy ahí y para quién cuento lo que cuento”.

En esas zonas devastadas, Ariza ha sido testigo directo del papel clave de organizaciones como Cruz Roja. “Son quienes llegan donde nadie más llega, quienes se quedan cuando todos se van. He visto a trabajadores de Cruz Roja arriesgar la vida por salvar la de otros, con una humanidad que te desarma”, relató.

Almudena Ariza representa una forma de hacer periodismo en peligro de extinción: comprometido, reflexivo, honesto. En una era marcada por la velocidad y la superficialidad, su trabajo es un recordatorio de que contar la verdad no es solo un acto informativo, sino profundamente humano. Como ella misma dice, “el periodismo riguroso es más necesario que nunca. Tenemos que ser contrapeso, contextualizar, explicar… aunque eso suponga ir a contracorriente”.

Desde los márgenes del mundo, su voz sigue narrando lo que importa. Porque, como insiste, “hay historias que necesitan ser contadas”.

Fuente: Reeditado de reportaje publicado en Hola bajo la firma de la periodista Silvia LLorente

Comentarios
Difundelo