Tailandia y Camboya cruzan acusaciones mientras letales choques fronterizos siguen por tercer día

SURIN, Tailandia, 26 julio. — Tailandia y Camboya intercambiaron acusaciones el sábado de nuevos ataques mientras los letales enfrentamientos fronterizos, que entraron en su tercer día, dejaron al menos 33 fallecidos y más de 168.000 desplazados. Además, se incrementó la presión internacional sobre las dos naciones para que alcancen un alto el fuego.

Se reportaron disparos de artillería y de armas de fuego cerca de varias aldeas fronterizas, ampliando el área de los combates que comenzaron el jueves después de que la explosión de mina terrestre en la frontera hiriera a cinco soldados tailandeses. Funcionarios camboyanos y tailandeses afirmaron haber actuado en represalia.

Ambos países retiraron a sus embajadores y Tailandia cerró sus cruces fronterizos del noreste con Camboya.

Las autoridades camboyanas reportaron 12 nuevos decesos el sábado, lo que eleva a 13 el total de víctimas mortales en su territorio, mientras que las tailandesas indicaron que un soldado había perdido la vida, aumentando sus bajas a 20, en su mayoría civiles.

El bloque regional, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), está bajo una creciente presión para aliviar la confrontación entre sus dos miembros. En una reunión de emergencia el viernes, los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidieron una desescalada del conflicto e instaron a la ASEAN a mediar una solución pacífica.

La frontera de 800 kilómetros (500 millas) entre Tailandia y Camboya ha sido objeto de disputas durante décadas, pero en el pasado los enfrentamientos han sido limitados y breves. Las tensiones actuales estallaron en mayo, cuando un soldado camboyano murió en un choque que creó una brecha diplomática y sacudió la política nacional tailandesa.

Nuevos ataques y aumento de la tensión

El Ministerio de Defensa de Camboya condenó lo que dijo que fue una ofensiva tailandesa ampliada a primera hora del sábado tras el lanzamiento de cinco proyectiles de artillería pesada contra múltiples ubicaciones en la provincia de Pursat. Calificó la operación como un “acto de agresión no provocado y premeditado”.

La portavoz del ministerio, la teniente general Maly Socheata, afirmó que las tensiones se intensificaron en la provincia de Koh Kong, donde se reportó que cuatro buques navales tailandeses estaban fondeados en alta mar y otros cuatro iban hacia el lugar. El despliegue naval era un “acto de agresión” que podría derivar en un agramiento del conflicto, añadió.

Socheata apuntó que siete civiles y cinco soldados fallecieron en dos días de combates. Anteriormente se había reportado que un hombre murió cuando la pagoda en la que se escondía fue alcanzada por cohetes rivales.

El ejército tailandés negó haber atacado emplazamientos civiles camboyanos y acusó a Nom Pen de usar “escudos humanos” al posicionar sus armas cerca de áreas residenciales.

Por su parte, la Marina de Tailandia acusó en un comunicado el sábado a las fuerzas rivales de lanzar un nuevo ataque en la provincia de Trat. Las tropas del país respondieron con rapidez y “expulsaron con éxito la incursión camboyana en tres puntos clave”, agregó advirtiendo que “la agresión no será tolerada”.

Las autoridades tailandesas alegaron también que varios proyectiles de artillería camboyanos cayeron al otro lado de la frontera en Laos, donde causaron daños en hogares y propiedades. Las autoridades laosianos no han respondido públicamente a la afirmación.

El conflicto ha hecho que miles de personas abandonen sus hogares.

El ministro de Información de Camboya, Neth Pheaktra, dijo el sábado que los enfrentamientos habían obligado a 10.865 familias camboyanas, o 37.635 personas, de tres provincias fronterizas a huir a lugares seguros. Funcionarios tailandeses indicaron que más de 131.000 personas habían escapado de sus aldeas fronterizas.

Llamado a proteger a civiles ante la acusación de uso de bombas de racimo

Human Rights Watch instó al Consejo de Seguridad de la ONU y a los gobiernos a presionar a Bangkok y Nom Pen para que respeten el derecho internacional humanitario y tomen medidas para proteger a los civiles. Los niños se han visto perjudicados y las autoridades tailandesas cerraron al menos 852 escuelas y siete hospitales por seguridad, explicó el grupo de derechos en un comunicado el sábado.

Ambas partes han efectuado ataques con cohetes y artillería y, aunque en un primer momento se negaron las afirmaciones camboyanas de que se estaban usando municiones de racimo prohibidas internacionalmente, un portavoz militar tailandés afirmó en un comunicado el viernes que esas armas podrían ser utilizadas “cuando sea necesario” para atacar objetivos militares. HRW condenó el uso de municiones de racimo en áreas habitadas.

Ni Tailandia ni Camboya Forman parte de la Convención sobre Municiones de Racimo, que prohíbe su uso, y las autoridades tailandesas las habían utilizado durante otra disputa fronteriza con Camboya en febrero de 2011 que dejó 20 fallecidos.

“Ni Tailandia ni Camboya parecen estar prestando atención al derecho internacional humanitario, con graves consecuencias para la población civil”, dijo John Sifton, director para Asia de Human Rights Watch, en un comunicado. “Los esfuerzos diplomáticos en curso deben priorizar la protección de los civiles y de la infraestructura civil”.

Tailandia también ha reconocido el uso de aviones F-16 y drones para lanzar ataques aéreos.

ONU insta a ASEAN a mediar

El Consejo de Seguridad de la ONU no emitió una resolución sobre la crisis durante su sesión de emergencia del viernes, pero el ministro tailandés de Exteriores, Maris Sangiampongsa, apuntó el sábado que los 15 países miembros pidieron a ambas partes que ejerzan la moderación, frenen los ataques y resuelvan la disputa de forma pacífica. También apoyaron el papel de la ASEAN en la mediación entre sus dos estados miembro, dijo.

El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la ASEAN, había manifestado anteriormente que las dos naciones estaban abiertos en principio a su propuesta de alto el fuego. La prensa malasia reportó que Anwar encargó a su ministro de Exteriores mediar en las conversaciones de paz para detener los combates.

Maris dijo el sábado que Bangkok estaba de acuerdo con la propuesta, pero insistió en que Camboya debe mostrar primero sinceridad y cesar las hostilidades, agregando que Tailandia seguirá colaborando con Malasia de forma constructiva.

“Tailandia reafirma su compromiso de resolver el conflicto pacíficamente y de acuerdo con el derecho internacional”, dijo, instando a Camboya a “volver a la mesa de negociaciones con sinceridad y de buena fe”. AP

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