Migrantes, mensajeros de la esperanza

Por Luis Fernández

Así definió el papa león XIV a los migrantes, “en un mundo oscurecido por guerras e injusticias, incluso allí donde todo parece perdido, se erigen como mensajeros de esperanza”; “su valentía y tenacidad son un testimonio heroico de una fe que ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que les da la fuerza para desafiar la muerte en las diferentes rutas migratorias contemporáneas”

El mensaje del Papa publicado para la jornada de los migrantes y refugiados que la iglesia católica, celebrará el 4 y 5 de octubre de este año el pontífice recuerda que, “el contexto mundial actual tristemente marcado Por guerras, violencia, injusticias y fenómenos meteorológicos extremos, obligan a millones de personas a abandonar, su tierra natal en busca de refugio en otros lugares.

Asimismo, el documento papal critica la perspectiva de una nueva carrera armamentística y el desarrollo de nuevas armas incluidas las nucleares, la escasa consideración de los efectos nefastos de la crisis climática actual y las profundas desigualdades económicas hacen que los retos del presente y del futuro sean cada vez más difíciles para la consecución del bien común.

Asimismo, el papa León XIV pidió al mundo que no se justifique el “castigo colectivo” que sufre la población civil en Gaza ni el “desplazamiento forzoso de sus habitantes”, mediante el uso indiscriminado de la fuerza e instó a protegerla con “el respeto del derecho humanitario”, lo que contribuiría al bien común y la solidaridad global en beneficio de toda la familia humana.

Los migrantes sufren la vulnerabilidad a las violaciones de los derechos humanos como resultado de múltiples formas de discriminación, desigualdad y dinámicas estructurales y sociales que se entrecruzan y conducen a niveles de poder y disfrute de los derechos disminuidos y desiguales.  por lo que, necesitan la protección del marco internacional de derechos humanos.

La situación de los migrantes actualmente es el reflejo de una crisis humanitaria y política de las más complejas del mundo, los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) nos dicen que para el 2024 había más de 280 millones de migrantes en el mundo, que deben enfrentar las políticas restrictivas, la militarización de las fronteras y en algunos casos la criminalización de la migración irregular.

Desde la antigüedad el ser humano ha estado en continuo tránsito, la migración ha sido una constante histórica, comprender su evolución permite desmontar mitos, humanizar los procesos migratorios y pensar en políticas públicas más justas, que eviten la discriminación, la violencia, la persecución, campañas de odio, arrestos arbitrarios y amenazas, de modo que como dijera el papa Francisco, “se vuelva a poner en el centro a la persona, sus derechos, su dignidad”.

El papa León XIV como continuador del papa Francisco, mantiene la visión de la migración como desafío pastoral y ético y una oportunidad transformadora que reconozca al prójimo y defienda una justicia con políticas inclusivas y solidarias, que proteja la dignidad del migrante, su libertad de movimiento, fronteras más humanas y mayor responsabilidad con la solidaridad.

Hay 3 frases que reflejan los criterios claros del pontífice con relación a la migración, en la homilía inaugural del 8 de mayo de este año señalo que, “donde el mundo levanta muros, Cristo construye puentes”, en una audiencia con diplomáticos en junio dijo que,” el que deja su tierra no es menos hijo de Dios y en un mensaje de Julio para el día mundial del migrante, “Los migrantes no son problemas sino portadores de esperanza”.

Salvar vidas y proteger a las personas desplazadas, impulsar soluciones para las migraciones irregulares desbordadas y facilitar las vías para la migración regular, segura y ordenada, debe ser el camino de las autoridades para ayudar a los migrantes que huyen del hambre y la persecución, que luchan por sobrevivir y lograr una mejor vida para sus familias y por tanto merecen respeto y dignidad.

La Iglesia acompaña a los migrantes y reconoce sus derechos, los últimos 4 papas así lo han hecho, Juan Pablo II defendió el derecho a emigrar y el deber de acoger, Benedicto XVI habló del derecho a no migrar si se garantizan condiciones dignas en el lugar de origen, el papa Francisco hizo de la migración su eje central y León XIV estableció el lema de, “Migrantes Misioneros de Esperanza”.

El papa León XIV en su defensa de los migrantes nos dice esta gran verdad, “Esta conexión entre migración y esperanza se manifiesta claramente en muchas de las experiencias migratorias de nuestros días. Numerosos migrantes, refugiados y desplazados son testigos privilegiados de la esperanza vivida en la cotidianidad, a través de su confianza en Dios y su resistencia a las adversidades con vistas a un futuro en el que vislumbran la llegada de la felicidad y el desarrollo humano integral”.

Luis Fernández

político, Escritor y Comunicador

Santo Domingo R.D.

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