Nuevos aranceles de Trump benefician a algunos países, mientras las bolsas y el dólar caen en EEUU
BANGKOK, Tailandia, 1 agosto. — Los nuevos aranceles del presidente Donald Trump de hasta el 41% sobre las importaciones estadounidenses procedentes de docenas de países generaron el viernes expresiones de alivio en algunos países que negociaron un acuerdo o lograron reducirlos desde las tasas que se habían anunciado en abril.
Otros mostraron su decepción o frustración por haberse quedado sin tiempo tras cumplirse el plazo límite del 1 de agosto establecido por el mandatario para cerrar pactos con sus socios comerciales.
Las nuevas tasas entrarán en vigor el 7 de agosto, pero persiste la incertidumbre sobre lo que Trump podría hacer a continuación. El panorama para China, que tiene el mayor superávit comercial con Estados Unidos, no está claro después de que las conversaciones celebradas a principios de semana en Estocolmo no arrojaron resultados. Trump no ha dicho aún si el 12 de agosto prorrogará la aplicación de unos gravámenes dolorosamente a las exportaciones chinas.
La reacción de los mercados financieros fue moderada. Los índices de referencia de Asia cayeron, con el Kospi de Corea del Sur perdiendo casi un 4% después de que el arancel para el aliado de la Casa Blanca quedara en un 15%. El dólar estadounidense se debilitó frente al yen japonés, cotizando a más de 150 yenes por dólar.
Para Canadá y Suiza, pesar y decepción
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, dijo que su gobierno estaba decepcionado por la decisión de Trump de aumentar los aranceles a los productos de su vecino del norte al 35%, desde el 25% anterior, a partir del viernes. Los bienes transbordados desde otras naciones no especificadas enfrentan tasas de importación del 40%.
Trump citó lo que calificó como falta de cooperación para frenar el tráfico de drogas ilícitas a través de la frontera norte. También criticó el plan de Ottawa de reconocer un Estado palestino y ha mostrado su frustración por un déficit comercial en gran parte alimentado por las compras de petróleo estadounidenses.
“Canadá representa solo el 1% de las importaciones de fentanilo de Estados Unidos y ha estado trabajando intensamente para reducir aún más estos volúmenes”, manifestó Carney en un comunicado.
Muchas de las exportaciones de Canadá a Estados Unidos están protegidas aún por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), de 2020, y no tienen aranceles. Pero el acero, la madera, el aluminio y los automóviles han estado sujetos a tasas aún más altas.
Suiza, la tierra de los relojes de lujo, productos farmacéuticos y servicios financieros, enfrentaba una tasa arancelaria del 39%, por encima de la propuesta original de Trump del 31%.
“El Consejo Federal observa con gran pesar que, a pesar del progreso realizado en las conversaciones bilaterales y la postura muy constructiva de Suiza desde el principio, Estados Unidos tiene la intención de imponer aranceles adicionales unilaterales a las importaciones de Suiza”, dijo el gobierno en X, apuntando que seguirá buscando una solución negociada.
Continúan las negociaciones
Las autoridades neozelandesas afirmaron el viernes que seguirían presionando a Trump para que reduzca el arancel del 15% que anunció para las exportaciones de Nueva Zelanda a Estados Unidos, desde el 10% original establecido en abril.
“No creemos que esto sea algo bueno. No creemos que esté justificado”, manifestó el ministro de Comercio, Todd McClay, a Radio New Zealand. La nación, que exporta carne, productos lácteos, vino y maquinaria agrícola, tuvo un superávit comercial de 1.100 millones de dólares con Estados Unidos en 2024, según datos del Representante Comercial estadounidense.
Según McClay, los exportadores neozelandeses habían apuntado que podrían absorber un arancel del 10% o trasladarlo a los consumidores estadounidenses a través de un incremento de los costos. Un alza adicional “cambiaría la ecuación”, declaró.
Ni Nueva Zelanda ni su vecino Australia han alcanzado acuerdos arancelarios con el gobierno de Trump. Las exportaciones de acero y aluminio australianas están sujetas a un gravamen del 50% desde junio.
El ministro australiano de Comercio, Don Farrell, indicó que el tarifa general del 10% sobre las exportaciones de su país a Estados Unidos era una vindicación de las “negociaciones frías y calmadas” de su gobierno. Pero manifestó que ni siquiera ese nivel estaba justificado. Estados Unidos exporta el doble a Australia de lo que importa de su socio, con el que tiene un tratado bilateral de libre comercio, y Australia no impone grava las exportaciones estadounidenses.
Contrario a una tasa impositiva del 15%, el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, declaró al periódico VG que el país escandinavo debería tener “cero aranceles”. Las conversaciones siguen en marcha, apuntó.
Japón observa y Taiwán trata de cerrar un acuerdo
El secretario del gobierno japonés, Yoshimasa Hayashi, fue cauto al celebrar la orden ejecutiva de Trump que establece aranceles del 15% para el país, luego de que las dos partes llegaran a un acuerdo, para gran alivio de Tokio.
“Creemos que es necesario examinar cuidadosamente los detalles de la medida”, dijo Hayashi. “El gobierno japonés continuará instando a la parte estadounidense a que aplique rápidamente medidas para cumplir el reciente acuerdo, incluida la reducción de aranceles sobre automóviles y piezas de automóviles”.
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, indicó que la isla autónoma aún no había entablado negociaciones definitivas con Washington debido a problemas de agenda y que tenía la esperanza de que el arancel final se redujera aún más después de una ronda final de conversaciones.
La Casa Blanca redujo los gravamenes a Taiwán al 20% desde el 32% propuesto en un primer momento. Taiwán es un proveedor clave de semiconductores avanzados necesarios para muchos productos y tecnologías.
“El 20% desde el principio no ha sido nuestro objetivo, esperamos que en futuras negociaciones obtengamos una tasa impositiva más beneficiosa y razonable”, dijo Lai a reporteros en Taipéi el viernes.
Estados Unidos es el mayor aliado de Taiwán, aunque no reconoce formalmente a la isla. “Queremos reforzar la cooperación entre Estados Unidos y Taiwán en seguridad nacional, tecnología y múltiples áreas”, añadió Lai.
Algunos socios se mostraron aliviados
El viceprimer ministro de Camboya, Sun Chanthol, quien lideró las conversaciones comerciales de su país con Estados Unidos, dio las gracias a Trump por establecer su tasa arancelaria en un 19% y dijo que Nom Pen no aplicará impuestos a los productos estadounidenses.
La tasa propuesta por Trump para Camboya en abril fue del 49%, una de las más altas del mundo. Dijo que Estados Unidos estimaba los aranceles promedio camboyanos a las exportaciones estadounidenses en un 97%.
Camboya aceptó incrementar la compra de bienes estadounidenses. Sun dijo que se adquirirán 10 aviones de pasajeros de Boeing en un acuerdo que esperaban firmar a finales de mes. Varios países más han anunciado ya acuerdos similares como parte de sus paquetes comerciales.
Trump había amenazado con suspender los acuerdos comerciales de Camboya y Tailandia si no ponían fin a un conflicto armado en su frontera. Bangkok y Nom Pen pactaron un alto el fuego que comenzó el martes.
Tailandia también está sujeta a un arancel del 19%, una tasa que, de acuerdo con su ministro de Finanzas, Pichai Chunhavajira, “refleja la fuerte amistad y la estrecha asociación entre Tailandia y Estados Unidos”. La propuesta inicial alcanzaba el 36%.
“El resultado de esta negociación indica que Tailandia debe acelerar su adaptación y avanzar en la construcción de una economía estable y resiliente, lista para enfrentar los desafíos globales que se avecinan”, agregó.
Pakistán dio la bienvenida a un acuerdo comercial que establece un arancel del 19% sobre sus exportaciones, más bajo que el inicial del 29%. El gobierno expresó en un comunicado que era un “enfoque equilibrado y con visión de futuro” que podría impulsar el comercio y el crecimiento económico.
Para Bangladesh, el arancel del 20% evitaba la amenaza previa de que los gravámenes llegaran al 35% para el exportador de prendas y otros productos manufacturados ligeros del sur de Asia. “Eso es una buena noticia para nuestro sector de la confección y los millones de personas que dependen de él”, dijo Khalilur Rahman, asesor de seguridad nacional y jefe negociador.
“También hemos preservado nuestra competitividad global y abierto nuevas oportunidades para acceder al mercado de consumo más grande del mundo”, apuntó Rahman. “Proteger nuestra industria de la confección fue una prioridad principal, pero también nos enfocamos en nuestros compromisos de compra de productos agrícolas estadounidenses. Esto apoya nuestros objetivos de seguridad alimentaria y fomenta la buena voluntad con los estados agrícolas de Estados Unidos.” AP