Las células cancerígenas se defienden con un «chute de energía» cuando son comprimidas

Barcelona, 2 agosto.- Un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona ha descrito cómo las células cancerígenas activan un «chute de energía» como un mecanismo de defensa ante una compresión física, lo que abre la puerta a desarrollar estrategias terapéuticas para evitar su expansión.

El estudio, publicado en Nature Communications, describe cómo las células cancerígenas tienen capacidad de superar obstáculos para sobrevivir y expandir el tumor, según informa este miércoles el CRG.

El equipo de investigadores ha trabajado con un microscopio especializado capaz de comprimir células vivas hasta tres micras de ancho, lo que es aproximadamente una trigésima parte del diámetro de un cabello humano.

Ante esta compresión física, los investigadores observaron que las mitocondrias, que son las estructuras encargadas de proporcionar energía a la célula, se desplazaban hacia la superficie del núcleo de la misma y bombeaban más adenosín trifosfato (ATP), es decir, energía adicional.

“Esto nos obliga a replantearnos el papel de las mitocondrias en el organismo humano. No hablamos de baterías estáticas que alimentan nuestras células, sino más bien de socorristas ágiles a los que poder recurrir en situaciones de emergencia, como cuando las células están literalmente presionadas al límite”, ha afirmado la coautora principal del estudio, Sara Sdelci.

Los investigadores comprobaron que la compresión mecánica somete al ADN a estrés, provocando roturas de cadenas y enredos del genoma humano.

Las células comprimidas que recibieron el aporte extra de ATP repararon el ADN en pocas horas, mientras que las que se quedaron sin el apoyo energético dejaron de dividirse correctamente.La investigación abre la puerta a buscar nuevas estrategias terapéuticas enfocadas a que las células cancerígenas no desarrollen este «chute de energía» reparador que les permite seguir proliferando.

“Allí donde encontremos células bajo presión, es probable que un impulso energético nuclear esté salvaguardando la integridad del genoma”, ha señalado otras coautora principal del estudio, Verena Ruprecht.

«Es una capa completamente nueva de regulación en la biología celular, que marca un cambio fundamental en nuestra comprensión de cómo las células sobreviven a períodos intensos de estrés físico», ha añadido. EFE

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