Edward Ramírez denuncia arresto irregular por parte de la Policía Nacional tras confuso incidente en el Centro Olímpico
Santo Domingo, 2 agosto.– El periodista Edward Ramírez, del diario El Nuevo Diario, denunció a través de un video publicado en sus redes sociales que fue detenido de manera arbitraria por miembros de la Policía Nacional la noche del miércoles 30 de julio, en las inmediaciones del Estadio Olímpico Félix Sánchez, en Santo Domingo.
Ramírez ofreció una cronología detallada de los hechos. Explicó que, alrededor de las 8:00 p.m., luego de culminar su jornada laboral, se dirigió al estadio para realizar ejercicios, como acostumbra. En ese momento, un individuo comenzó a lanzar piedras sin justificación aparente, lo que generó confusión y alarma entre las personas presentes.
Ante la agresión, Ramírez y otros ciudadanos optaron por huir del lugar; sin embargo, en medio del caos, el periodista relató que se detuvo momentáneamente para responder al ataque lanzando también una piedra. Posteriormente, se acercó al agresor, pero por razones de seguridad decidió retirarse.
Minutos después, una patrulla de la Policía Nacional llegó al lugar. Ramírez indicó que explicó lo ocurrido a los agentes, se identificó como periodista mostrando su carnet profesional, su cédula de identidad, y proporcionó información para que se le realizara el peritaje correspondiente. “Ubicaron mi cédula en el sistema desde su teléfono para confirmar que no tenía antecedentes penales”, expresó.
A pesar de haberse identificado formalmente, Ramírez denunció que fue tratado como sospechoso de robo por su aspecto sudado y alterado, producto de la persecución. Detalló que llevaba consigo su mochila con pertenencias laborales, incluyendo acreditaciones profesionales que lo identificaban como comunicador.
El comunicador indicó que, aunque intentó comunicarse con conocidos para informar sobre su situación, sus llamadas no fueron respondidas.
Finalmente, fue subido a un camión policial a las 12:30 de la madrugada del jueves 31 de julio, permaneciendo esposado y recorriendo el Distrito Nacional junto a los agentes hasta las 6:00 a.m., sin recibir explicaciones claras sobre su situación.
Ramírez denunció que al intentar hacer una segunda llamada desde su teléfono, el intento fue interrumpido por una llamada entrante que atendería la persona que lo auxiliaría, pero que el agente de mayor rango retuvo el dispositivo. Desde ese momento, según su testimonio, no volvió a tener acceso a su celular.
A las 9:00 a.m. del jueves fue trasladado al destacamento del Ensanche Naco, donde nuevamente solicitó realizar una llamada. Le informaron que primero debía pasar por un proceso de inspección para recabar sus datos personales.
El periodista asegura que a pesar de que otras personas detenidas fueron liberadas a las 11:00 a.m., él permaneció retenido sin justificación clara.
“Intenté reclamar mi situación a un agente del Dicrim, pero su respuesta fue callarme porque supuestamente ‘yo era un ladrón’”, denunció Ramírez, visiblemente indignado en el video. Añadió que durante el día le fue negado el derecho a realizar llamadas en múltiples ocasiones, a pesar de insistir.
Ramírez subrayó que no busca generalizar ni “satanizar” a la Policía Nacional, pero responsabilizó directamente a los agentes que lo detuvieron y gestionaron su custodia, ya que ignoraron su identificación y sus derechos fundamentales.
Fue finalmente liberado la mañana del viernes 1 de agosto, alrededor de las 8:00 a.m., tras pasar la noche en una celda. Asegura que su liberación fue “a cuentagotas”, dando a entender que no hubo criterio transparente, y que incluso personas con antecedentes penales fueron dejadas en libertad antes que él.
“Este video lo hago para que quede constancia. Yo no estaba cometiendo ningún delito ni actuando fuera de la ley. Me agarraron corriendo, levanté mis manos al ser interceptado, me identifiqué y me puse a disposición de la justicia”, concluyó el periodista.
Ramírez denunció que su detención fue resultado de un “capricho” por parte de los agentes involucrados, quienes, según él, vulneraron sus derechos y le impidieron el acceso a su defensa y comunicación.