CREES advierte que el Estado dominicano enfrenta una burbuja fiscal insostenible

Santo Domingo, 15 agosto. – El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) advirtió que el Estado dominicano ha creado una burbuja fiscal que debe ser desinflada con urgencia para evitar una crisis mayor.

Durante más de una década, la entidad ha señalado los riesgos derivados del aumento sostenido en el gasto público, los déficits fiscales y el consecuente crecimiento de la deuda pública.

Desde el año 2011, el CREES ha enfocado parte de su labor en alertar sobre la expansión descontrolada del aparato estatal, así como en la formulación de propuestas concretas de políticas públicas, incluyendo un proyecto de ley de responsabilidad fiscal y una reforma integral del Código Tributario, como mecanismos para corregir esta trayectoria.

Según la entidad, las burbujas fiscales solo tienen dos destinos posibles: o se desinflan de forma ordenada o continúan creciendo hasta que colapsan. En ese contexto, el CREES subraya la importancia de aplicar medidas de austeridad como vía racional y preventiva para reducir el tamaño del gasto público, evitando así un desinfle abrupto de la burbuja cuando la capacidad de endeudamiento llegue a su límite.

La génesis de la burbuja dominicana se sitúa a principios del siglo XXI, cuando la emisión de deuda soberana en los mercados internacionales permitió acelerar el gasto estatal. Este nuevo ciclo de endeudamiento contrastó con la tendencia descendente que había caracterizado la década de 1990, marcando el inicio de una expansión fiscal que se ha mantenido por más de dos décadas.

La crisis financiera global de 2008, originada en Estados Unidos por una burbuja crediticia, también contribuyó a la expansión de esta burbuja fiscal. El CREES explica que las políticas de estímulo, tanto monetarias como fiscales, promovidas a nivel internacional —incluyendo el aumento del crédito barato y la emisión agresiva de deuda— fueron replicadas en múltiples economías, incluida la dominicana. Este contexto global impulsó aún más el endeudamiento y el exceso de gasto.

Con la pandemia de COVID-19, el entorno internacional volvió a favorecer el endeudamiento, al ofrecer condiciones de liquidez excepcionales y tasas de interés históricamente bajas. En ese escenario, la República Dominicana aprovechó para cubrir déficits fiscales mediante nueva deuda, lo que continuó inflando la burbuja estatal en un momento de alta vulnerabilidad económica.

Las cifras son elocuentes: el gasto público por habitante ha aumentado de 368 dólares en el año 2000 a 2,249 dólares en 2024. Este crecimiento ha llevado a un incremento sustancial de la deuda, al punto que los intereses representarán el 28.8% del ingreso tributario proyectado para 2025, incluyendo las transferencias al Banco Central de la República Dominicana.

Actualmente, los ciudadanos dominicanos no solo deben soportar la carga de un gasto público sobredimensionado, sino también enfrentan la incertidumbre que generan posibles aumentos de impuestos, ya sea reales o percibidos. El CREES enfatiza que, sin un proceso de consolidación fiscal centrado en la reducción del gasto, será imposible liberar presión sobre las finanzas públicas.

La organización concluye citando evidencia empírica y fundamentos de la ciencia económica, como los estudios del economista Alberto Alesina, que demuestran que las reformas fiscales exitosas se basan principalmente en la contención del gasto. De lo contrario, la burbuja fiscal dominicana podría explotar con consecuencias severas para la economía nacional.

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