Retorna el Gran Garrote
Por J.C. Malone
El viejo “divide y vencerás”, ahora es “finge división para vencer», europeos y estadounidenses no están divididos; fingen estarlo para dividirnos a nosotros, quieren vencernos, otra vez.
“Todo es truco, todo es falso”, dice el tango.
Inglaterra, Francia, Holanda y los Estados Unidos marchan juntos hacia Venezuela, esta aventura de saqueo colonialista incluye 10,000 soldados. El presidente Donald Trump dice cosas contradictorias, pero es absolutamente coherente ampliando la guerra eterna.
Europeos y estadounidenses perdieron en Vietnam, Irak, Afganistán, y ante Rusia en Ucrania. Ahora envían tropas a Ucraniapara guerrear con Rusia, usando la historia como guía, podemos imaginar el resultado final.
Francia e Inglaterra, informaron que tendrán sus hospitales “listos para emergencias militares” en marzo. Pronto podremos tener guerras en Europa, el Medio Oriente y Latinoamérica.
Para volver a los años de la grandeza estadounidense que Trump sueña, presenciamos el retorno del Gran Garrote.
Trump espera el “Premio Nóbel de la Paz” con guerras simultáneas, renombrando el departamento de Defensa, como departamento de Guerra.
Nunca hemos estado tan cerca del mundo creado por George Orwell en su famosa novela “1984”, hoy, “La Guerra es la Paz, la Paz es la Guerra”.
Estados Unidos y Europa sufren serios conflictos y divisiones internas, entre otras cosas, por sus abismales desigualdades económicas, agravadas por las masivas migraciones inducidas.
En Nueva York, por ejemplo, el Partido Demócrata está dividido entres, tiene tres candidatos a la alcaldía, el oficial del Partido, y dos inscritos como “independientes”.
Europeos y estadounidenses sufren agudas crisis económicas y sociales internas, pero marcharán sobre Rusia y Venezuela, porque no saben vivir sin saquear recursos ajenos, imponiendo sus voluntades. Ellos no son malos ni buenos, simplemente son así.
Si estas últimas aventuras de saqueo y pillaje colonialista fracasan, todos rodaremos por el drenaje.
El retorno del gran garrote, como diría nuestro inmenso Anthony Ríos, puede ser “toda una fatalidad”.