La empresa detrás de Tylenol intenta sortear su crisis más reciente
Kenvue, una empresa derivada de Johnson & Johnson, se enfrenta a una pesadilla de relaciones públicas ya que el presidente Trump y otros sugieren vínculos no probados entre el analgésico y el autismo.

Por Rebecca Robbins
The New York Times
El analgésico Tylenol es una marca estadounidense clásica, con decenas de millones de usuarios y 70 años de historia. La empresa que lo fabrica, Kenvue, solo tiene dos años y es desconocida para la mayoría de los estadounidenses.
Pero el lunes, el presidente Donald Trump avivó una creciente pesadilla de relaciones públicas para la empresa. En unas declaraciones extraordinarias en las que daba consejos médicos directos, afirmó que existía una relación entre el consumo de Tylenol durante el embarazo y el autismo, una relación que sigue sin demostrarse.
“Si estás embarazada, no tomes Tylenol”, dijo Trump varias veces en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Las autoridades de salud del gobierno de Trump dijeron que intentarían actualizar la etiqueta del fármaco y desaconsejar a los médicos su uso en mujeres embarazadas para fiebres rutinarias.
Tylenol ya ha superado crisis en el pasado. En la década de 1980, Tylenol se convirtió en el ejemplo de manual de cómo gestionar una crisis empresarial, después de que una manipulación del producto matara a siete personas y desatara el pánico en todo el país. Johnson & Johnson sobrevivió al traumático episodio, con lo que rescató un producto que había fabricado durante décadas.
Pero en 2023, con la mira hacia sus negocios médicos más rentables, la empresa escindió Tylenol y otras marcas de consumo en un nuevo negocio, Kenvue. Con sede en Summit, Nueva Jersey, Kenvue también fabrica otras marcas nostálgicas y conocidas, como Band-Aid, Listerine, Neutrogena y Johnson’s Baby Shampoo.
La renovada atención pública sobre Tylenol comenzó a principios de este mes, cuando The Wall Street Journal reportó sobre los planes del gobierno de Trump de publicar un informe que relacionaba el uso de Tylenol durante el embarazo con el autismo. Las acciones de la empresa se han desplomado un 17 por ciento desde entonces, y el lunes cerraron con una caída del 7 por ciento.
Antes de las declaraciones de Trump, Melissa Witt, vocera de Kenvue, dijo en un comunicado el lunes que “creemos que la ciencia independiente y sólida demuestra claramente que tomar paracetamol no causa autismo”. Y añadió: “Estamos en total desacuerdo con cualquier sugerencia en sentido contrario y nos preocupa profundamente el riesgo para la salud que esto supone para las mujeres embarazadas y padres”.
Los investigadores llevan años estudiando una posible conexión, pero hasta ahora los estudios no han demostrado que el consumo de Tylenol entre las mujeres embarazadas cause autismo.
Kenvue intentó en repetidas ocasiones adelantarse al anuncio del lunes e intentar tranquilizar a los clientes. El director ejecutivo interino de la empresa, Kirk Perry, se reunió a principios de mes con Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud del país, para defender que no existía relación alguna entre el Tylenol y el autismo y que el producto ofrecía una forma segura e importante de aliviar la fiebre en las mujeres embarazadas, según un relato publicado en The Journal.
Witt confirmó a The New York Times que la empresa había “entablado un intercambio científico con el secretario y miembros de su personal en relación con la seguridad de nuestros productos”.
Este mes, la empresa también añadió un texto a la sección de preguntas frecuentes de su sitio web para tranquilizar a los consumidores y decirles que no deben “preocuparse por el paracetamol y el autismo”.
Tylenol es el más conocido entre unos 600 productos que contienen el principio activo paracetamol, o acetaminofén, un analgésico. Cada semana, casi una cuarta parte de los adultos estadounidenses utilizan un medicamento que contiene paracetamol, según un grupo comercial de productos de salud de consumo.
Incluso con la competencia de los genéricos, Tylenol sigue generando unos 1000 millones de dólares en ventas anuales para Kenvue, según una estimación de Morningstar, la empresa de servicios financieros. (Kenvue no informa de sus ingresos por Tylenol).
“Cualquier amenaza potencial al producto podría tener un impacto notable en el poder de beneficios de la empresa”, escribió Keonhee Kim, analista de Morningstar, en una nota a los inversores.

Un hombre de traje sostiene un frasco de Tylenol mientras habla con unos senadores fuera de la toma en una sala de audiencias llena.
David Clare, presidente de Johnson & Johnson, testificó ante el Senado en 1986 durante el misterio de las intoxicaciones por Tylenol. El episodio se convirtió en un ejemplo de manual sobre cómo gestionar una crisis empresarial.Credit…Bettmann/Getty Images
Incluso antes de que los funcionarios de Trump amplificaran el asunto, Tylenol se había visto afectado por demandas de familias que afirmaban que a sus hijos se les había diagnosticado autismo o trastorno por déficit de atención con hiperactividad tras el consumo de Tylenol durante el embarazo.
Kenvue, junto con los principales minoristas que venden sus propias versiones genéricas, fue nombrada como demandada en el litigio. Pero un juez federal rechazó esas demandas, desestimándolas por falta de evidencias científicas fiables. Las familias han apelado la decisión.
Mucho más allá del Tylenol, Kenvue ha estado luchando con su dirección a medida que se desplomaban las ventas. En julio, la empresa destituyó a su director ejecutivo, Thibaut Mongon, y lo sustituyó por Perry, un veterano en el negocio de bienes de consumo. En los últimos meses, la empresa ha suscitado el interés de inversores activistas que han presionado para que sea adquirida o para que venda algunas de sus líneas de negocio.
El paracetamol se descubrió por primera vez en el siglo XIX, pero hasta finales de la década de 1940 los investigadores no demostraron que podía reducir el dolor y bajar la fiebre.
En aquella época, la investigación empezaba a mostrar los riesgos de seguridad asociados a tomar demasiada aspirina, el principal analgésico del mercado. Los laboratorios McNeil, una empresa familiar de Filadelfia, vieron la oportunidad de comercializar el paracetamol como una alternativa más segura.
En 1955, McNeil presentó el primer producto Tylenol, Elixir Tylenol, un líquido para niños. McNeil envasó el producto como un camión de bomberos de dibujos animados y lo comercializó como “para pequeños con fiebre”.
En 1959, Johnson & Johnson adquirió McNeil. Al año siguiente, Tylenol empezó a venderse sin receta médica.
A lo largo de los años, Tylenol ha sido retirado ocasionalmente por problemas de control de calidad. El producto también ha superado una serie de debates en la comunidad médica y propuestas regulatorias sobre sus conocidos efectos secundarios, como daños hepáticos, cuando se toma en niveles elevados.
En 2013, una investigación de la organización de noticias ProPublica descubrió que, durante tres décadas, la unidad de McNeil de Johnson & Johnson “luchó repetidamente contra las advertencias de seguridad, las restricciones de dosificación y otras medidas destinadas a salvaguardar a los usuarios del medicamento”. (La empresa dijo que se tomaba en serio los riesgos del producto y que siempre actuaba para mitigarlos).
La mayor amenaza para el producto se produjo, con mucho, en 1982, cuando alguien manipuló cápsulas de Extra-Strenght Tylenol, las mezcló con cianuro y mató a siete personas, entre ellas una niña de 12 años, en la zona de Chicago. Nunca se acusó a nadie de las muertes, aunque un sospechoso, ya fallecido, fue condenado por extorsión por enviar una carta a Johnson & Johnson prometiendo poner fin a los asesinatos a cambio de 1 millón de dólares.
Johnson & Johnson se apresuró a responder, y recuperó la confianza del público retirando rápidamente el Tylenol de los estantes estadounidenses e introduciendo un nuevo envase a prueba de manipulaciones. El episodio inspiró una serie de crímenes reales, Caso no resuelto: Los asesinatos del Tylenol, estrenada en Netflix este año.
Rebecca Robbins es una reportera del Times que cubre la industria farmacéutica. Desde 2015 investiga temas de salud y medicina.
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