Crecen las tensiones en la OTAN por reiteradas violaciones aéreas rusas en países aliados

Bruselas, 23 sept. – La OTAN lanzó una severa advertencia a Rusia este martes tras una serie de violaciones del espacio aéreo de países miembros, en lo que se percibe como una escalada en la estrategia de provocaciones rusas contra el flanco oriental de la alianza.

Incidentes recientes en Polonia, Estonia, Dinamarca y Noruega han elevado el nivel de alarma y provocado consultas de emergencia bajo el Artículo 4 del tratado fundacional del bloque militar.

La preocupación dentro de la OTAN es creciente. Las violaciones, que van desde incursiones con drones hasta sobrevuelos con aviones de combate, se perciben como parte de una campaña más amplia de presión geopolítica e intimidación táctica por parte del Kremlin, en un contexto marcado por la prolongación del conflicto en Ucrania.

Drones rusos sobre Polonia marcan el inicio de la tensión

El primer incidente que encendió las alarmas ocurrió la madrugada del 10 de septiembre, cuando entre 19 y 23 drones rusos cruzaron el espacio aéreo polaco.

Las autoridades confirmaron que varios de estos aparatos fueron derribados por las fuerzas armadas, aunque uno de los misiles de defensa impactó accidentalmente en una zona residencial, causando daños materiales.

Este hecho constituyó el primer contacto directo entre medios aéreos rusos y las defensas de un país de la OTAN desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022.

En respuesta, el gobierno de Polonia, encabezado por el primer ministro Donald Tusk, advirtió que su país derribará “sin discusión” cualquier objeto volador que viole su espacio aéreo, y solicitó consultas formales dentro del marco del Artículo 4 de la OTAN. A pesar del respaldo generalizado, no todos los miembros han adoptado la misma postura de acción inmediata.

Incursión de cazas rusos en Estonia agudiza la crisis

Pocos días después, el viernes 20 de septiembre, Estonia denunció la intrusión no autorizada de tres aviones de combate rusos en su espacio aéreo por un lapso de 12 minutos. La maniobra fue descrita por las autoridades estonias como “una provocación deliberada”, mientras que el Ministerio de Defensa ruso rechazó categóricamente la acusación.

El gobierno de Tallin también invocó el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, que obliga a los miembros de la alianza a realizar consultas cuando uno de ellos considera amenazada su soberanía o integridad territorial. La convocatoria a la reunión se llevó a cabo en Bruselas, sede de la OTAN, con la presencia de los 32 embajadores permanentes del bloque.

Dinamarca investiga posible ataque híbrido con drones

El mismo patrón de incidentes se reprodujo el lunes 22 de septiembre en Copenhague, donde drones de gran tamaño sobrevolaron durante varias horas el aeropuerto internacional, obligando al cierre del espacio aéreo y causando importantes retrasos en los vuelos.

Las autoridades danesas describieron al piloto de los drones como “un actor técnicamente muy capacitado”, cuya intención, según el inspector Jes Jespersen, parecía ser “mostrar habilidades o practicar maniobras”, sin intención directa de causar daños.

No obstante, la primera ministra Mette Frederiksen calificó el episodio como “el ataque más grave a la infraestructura crítica danesa hasta la fecha” y no descartó la posibilidad de que se trate de una operación híbrida de origen ruso.

Noruega también se ve afectada por maniobras aéreas sospechosas

Simultáneamente, en Oslo, las autoridades noruegas reportaron la aparición de un dron no identificado que obligó a suspender temporalmente parte del tráfico aéreo en el aeropuerto principal de la capital. Aunque no se ha establecido un vínculo directo entre los hechos de Noruega y Dinamarca, las investigaciones siguen abiertas.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, indicó que aún es “demasiado pronto para concluir si estos actos están coordinados por Moscú”, mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, desestimó las acusaciones como “infundadas” y producto de una “retórica hostil innecesaria”.

OTAN activa operación Centinela del Este y refuerza el flanco oriental

Como parte de su respuesta, la OTAN activó la operación “Centinela del Este”, destinada a reforzar la presencia militar y la vigilancia aérea en los países fronterizos con Rusia y Bielorrusia.

Esta operación incluye el despliegue de aviones europeos, sistemas de radar, unidades de defensa antiaérea y mecanismos de respuesta rápida, como medida preventiva ante futuras provocaciones.

Además, países como Lituania han aprobado legislaciones de emergencia que autorizan al ejército a derribar drones no identificados sin necesidad de confirmar una amenaza directa, cerrando así vacíos legales ante la nueva modalidad de agresión.

Artículo 4 cobra protagonismo en la nueva doctrina de disuasión

El Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte ha sido invocado solo nueve veces desde 1949, pero en las últimas dos semanas ya ha sido utilizado en dos ocasiones consecutivas.

Esta figura permite que los países miembros consulten entre sí cuando perciban que su seguridad está comprometida, aunque no implica directamente una acción militar. No obstante, su creciente uso refleja el nivel de alerta en el bloque.

Analistas señalan que estos movimientos aéreos rusos buscan medir la cohesión y la capacidad de reacción de la OTAN, al tiempo que exponen debilidades en la cobertura aérea de países con fronteras directas o próximas a Rusia.

Un escenario de tensión sostenida con riesgo de escalada

Con cada nueva violación aérea, la tensión entre la OTAN y Rusia se incrementa, y el margen para errores de cálculo o respuestas desproporcionadas se acorta. Aunque hasta el momento la alianza ha optado por una estrategia de firmeza diplomática acompañada de refuerzos defensivos, persiste la posibilidad de que una acción más agresiva, accidental o deliberada, desemboque en un enfrentamiento directo de consecuencias imprevisibles.

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