Costoso error en cálculos
J.C. Malone
Occidente y su sistema neocolonialista se derrumban ante nuestros ojos, en tiempo real, y sin posibilidades de salvación. Francia e Inglaterra quebraron económicamente, retornaron al Tercer Mundo, pidieron intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus pueblos tomaron las calles para protestar contra sus gobiernos.
En Estados Unidos, hay protestas diarias en Portland, Oregón, Los Ángeles, California, Chicago, Illinois y otras grandes ciudades, contra despliegues militares del Gobierno Federal. Literalmente son insurrecciones contra la autoridad del gobierno central.
Israel masacra palestinos, Ucrania pierde más vidas y territorios; en Argentina el presidente Javier Milei ofrece un concierto de rock mientras se hunde la nación.
Sufrieron un costoso error en cálculos; intentaron saquear las riquezas de Rusia usando el gastado estilo colonialista. Invadir y colonizar a Rusia, con más de $75 trillones en riquezas minerales, mineras, energéticas y de otra índole, es un viejo sueño de neoconservadores.
Como son dueños del mundo y sus riquezas, concluyeron que Rusia era muy grande y rico, debían invadirlo para repartirse esas riquezas.
Para alcanzar ese objetivo, expandieron OTAN hasta las fronteras rusas y Ucrania se prestó a hacerles el juego.
Unos 44 meses después de la invasión rusa, Ucrania perdió cerca de un millón de vidas, muchísimo territorio y más de 20 millones huyeron del país. Rusia resultó difícil, por eso buscan otros objetivos bien ricos en recursos naturales. Irán tiene unos 27,0 trillones de dólares, y Venezuela, 14,0.
Le impusieron muchísimas sanciones económicas a Rusia, intentando aislarla, provocar crisis económica y política para desestabilizar su gobierno. Y funcionó como ellos esperaban, pero a la inversa.
Europa perdió la energía barata rusa; comprándosela a Estados Unidos gastan un 500% más de lo que gastaban con Rusia. Y el presidente Donald Trump les demandó aumentar su gasto militar en un cinco por ciento de su Producto Bruto Interno (PBI).
No tienen recursos para costear todo esto; no pueden aumentar impuestos, ni recortar gastos, ni tienen nuevos territorios para saquear. Occidente literalmente colapsó, aunque ellos nunca lo admitan.