La urgencia de una edificación sobre la deuda

Francisco S. Cruz

Creemos que el país necesita, con urgencia, una edificación académica-pública sobre la deuda externa del país obviando lo que digan los partidos, los expresidentes o un presidente en ejercicio -en todo su derecho Gobierno-oposición-, pues eso que digan cualquiera de estos actores será pura narrativa política-mediática que siempre necesitará una refrendación o aclaración académica alejada del debate político-electoral. En tal sentido y ante tanta disparidad de criterios interesados, se impone que un panel de expertos (de solvencia académica), en materia de economía y deuda pública, les diga al país, con pruebas irrefutables y lenguaje coloquial la verdad verificable al respecto; y, sobre todo, ¿en qué se ha invertido los dineros de esa deuda pública-externa -si en infraestructuras, cubrimiento de déficit fiscal, gastos corrientes o superfluos, pago de intereses de la misma deuda, corrupción pública-privada, etcétera-?

Y solo así sabremos, los ciudadanos de a pie y neófitos en la materia, cuál es la situación real y en qué gobiernos o administraciones se ha manejado mejor o peor el tema en cuestión. Esa edificación académica-pública es sumamente necesaria.

Aquí tendrían las palabras las academias, organismos internacionales y economistas de sobrada solvencia o credibilidad pública. Eso sí, en tal edificación o panel no podrían participar economistas, por más duchos que sean, periferias de partidos políticos, proyectos presidenciales, o a fines a gobiernos algunos, pues ya sabemos hacia dónde cargarán el dado o renglón, capciosamente.

En esa edificación académica-pública deberían quedar claros temas como estos: a) qué gobierno o administración ha endeudado más el país -post Trujillo-Balaguer-, b) en qué se han invertido esos empréstitos, c) ejecución de políticas públicas o programas de orientación social y cobertura de salud pública, d) inversión en educación -si ha sido para mejorar la calidad educativa o solo para construir aulas; o ni una cosa ni la otra-; y e) niveles de transparencia y orientación del gasto público, entre otros temas de interés-país.

Por último, ese debate no debería contrarrestar ninguna réplica, en esa materia, del Gobierno o la oposición, sino que su objetivo didáctico-público principal estaría orientado, exclusivamente, a edificar a la ciudadanía y a partir de ahí sabremos la verdad científica-académica -no “relativa”- sobre el tema, lejos del ruido o la manipulación político-electoral y la retahíla de bocinas periodísticas-mediáticas de un bando u otro. Sólo así, tendríamos un adelanto aproximativo hacia dónde mirar en materia de buena gobernanza y administración pública eficaz de cara al 2028. Además, un panel así despejará todo el marasmo político-electoral sobre el asunto y sumaría valor agregado al debate político y la edificación ciudadana-pública.¡Adelante, pues!

El Caribe

Comentarios
Difundelo