¡Sin bloque o coalición opositora, no habrá 2028!

Francisco S. Cruz

Es un fenómeno extraño, el país está claro de que hay que desalojar del poder al PRM por una serie de razones; pero la oposición, con sus dispersión y falta de afinación, no llega a entender que ningún partido, “superlíder” o candidato, solo, como pasó en 2024, será capaz política y electoralmente de ganar las elecciones 2028 si no es mediante una coalición oposicionista -con una vocería rotativa-. Ese es un axioma político-electoral irrefutable….

Las razones de porqué el país está consciente de que hay que sacar al PRM del poder han sido más que expuestas: 1) el actual es un gobierno de la oligarquía, 2) ha llevado una política de endeudamiento sin precedentes, 3) todos los programas de orientación social han sido descontinuados, abandonados o llevados al colapso; o cuando no, cuasi adjudicación o distribución partidaria-selectiva (de todas formas, migajas o explotación electoral de necesidades primarias), 4) los escándalos de corrupción están a la orden del día, 5) como nunca jamás la narcopolítica ha asaltado los poderes públicos, 6) la canasta familiar está por las nubes, 7) no hay una obra de gobierno que justifique el festival de empréstitos; y 8) para colmo han vuelto los apagones y la delincuencia tiene al país en ascuas. En fin, estamos ante un gobierno incapaz e insensible con la mayorías nacionales.

A pesar del cuadro anterior, la oposición está tan miope que no se entera de algo elemental: que ningún partido, candidato o líder de oposición podrá derrotar al PRM en las urnas, pues por los intersticios de esa fragmentación política-electoral, de cara al 2028, se cuela el PRM no importa que lleve a “chochueca” como candidato, pues tiene a su favor: todos los poderes públicos, el aparato judicial, la narcopolítica, los recursos económicos, la manipulación mediática, mayoría en el órgano o árbitro rector electoral -que debería estar en constante escrutinio y vigilancia- y una parte significativa de los actores fácticos que les ha ido de maravilla en el gobierno del “cambio“ (un eufemismo que ya la corrupción, el auge de la narcopolítica y el silencio cómplice de una parte de los otrora “hacedores de opinión pública” -con la excepción de arrepentidos y unos que otros inquebrantables desnudan- pasaron a cómplices-beneficiarios).

Entonces, resulta sencillo saber que sin la articulación temprana de una coalición, así sea para hacer oposición, protagonizar la narrativa política mediática nacional -hoy en liderazgo de una “opinión pública”, con contadas excepciones, de mercado o cooptado por publicidad estatal-; y lo más trascendente, articular una línea política unificada, combativa e incisiva y cerrar la brecha de la fragmentación, no habrá 2028 para oposición. Por supuesto, hablamos de una coalición, a estas alturas, que sea capaz de ponerse de acuerdo, en la diversidad, en una línea política y luego decidir o acodar el método para la elección-primarias abiertas, encuestas, etcétera- para unificarse en torno a un candidato una vez cada partido haya agotado su proceso interno. Pero, insistimos, sin esa articulación no sabremos quien es oposición real o no; y por consiguiente resultará cuasi imposible desalojar al PRM del poder. ¡Que nadie se llame a engaño!

Y por último, no olvidemos una máxima en política: “Los adversarios son coyunturales” siempre que se persiga un mismo objetivo supremo: en este caso acompañar al pueblo en su aspiración expresa de salir del PRM por incapaz y ser gobierno de orientación elitista y oligárquica. ¡Un gobierno de “popi”! No importa lo indefendible o ejercicio-malabares de Guido Gómez o “Llanero solitario” en defensa de un Gobierno incapaz; pues, y encima, corrupción y narcopolítica no se disipan o desaparecen con chacharas discursivas-mediáticas…

El Caribe

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