Cuba denuncia presiones de Estados Unidos ante la ONU y ratifica su posición sobre el bloqueo
La Habana, 22 de octubre de 2025. – El Gobierno de Cuba denunció lo que considera una “campaña de presiones y chantajes diplomáticos” por parte de Estados Unidos para influir en el voto de diversos países ante la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se debatirá nuevamente la resolución que exige el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra la isla.
Así lo afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, durante una conferencia de prensa ofrecida en La Habana, donde ratificó la posición de su país de continuar denunciando esa política como el principal obstáculo para el desarrollo económico nacional y una violación del derecho internacional.
El canciller explicó que las sesiones de la Asamblea General, previstas para los días 28 y 29 de octubre, constituirán “una oportunidad para que la comunidad internacional vuelva a expresar de forma casi unánime su reclamo de poner fin al bloqueo”.
Según Rodríguez Parrilla, la votación se desarrollará en un contexto internacional “marcado por el endurecimiento de la agresión económica contra Cuba” y por la persistencia de una política exterior estadounidense que calificó de “intimidatoria y de presión hacia otros Estados”.
Rodríguez Parrilla denunció que el Departamento de Estado de Estados Unidos habría ejercido en las últimas semanas “presiones intimidatorias y engañosas” sobre varios gobiernos, especialmente de América Latina y Europa, para modificar su posición tradicional de apoyo a la resolución cubana.
“Tenemos información fidedigna de las gestiones que realiza el gobierno de Estados Unidos con el propósito de conminar a otros países a alterar su voto”, afirmó. El canciller sostuvo que Washington utiliza “métodos de presión diplomática inusuales”, combinados con una campaña de desinformación orientada a distorsionar la imagen del país caribeño ante la opinión pública y ante los organismos internacionales.
Durante su intervención, el ministro mostró documentos que, según afirmó, forman parte de una comunicación del Departamento de Estado enviada a varias capitales del mundo. En esos textos —dijo— se incluyen amenazas y advertencias a gobiernos que mantengan su respaldo a la resolución de Cuba.
Rodríguez Parrilla citó fragmentos de esos documentos, en los que se señala que “el régimen cubano no merece su apoyo” y que “no existe ningún bloqueo contra Cuba”. Calificó esas afirmaciones como “mentirosas y carentes de respeto hacia la soberanía de los Estados”.
En relación con esos mensajes, el ministro recordó que la agencia Reuters publicó recientemente extractos de los documentos del Departamento de Estado en los que se describe una estrategia de presión directa sobre embajadas y cancillerías para modificar el voto.
“Fue una revelación oportuna que mostró la magnitud de la campaña diplomática de los Estados Unidos”, expresó Rodríguez Parrilla. Añadió que tales acciones “constituyen una intromisión inaceptable en los asuntos internos de países soberanos”.
El canciller rechazó además las afirmaciones del gobierno estadounidense que minimizan el impacto del embargo sobre la economía cubana. “He demostrado con datos que el bloqueo es la causa principal de los problemas de nuestra economía y el mayor obstáculo para el desarrollo del país”, sostuvo.
Aseguró que las restricciones afectan el acceso de Cuba a mercados, créditos, combustibles, tecnologías y medicinas, y que incluso obstaculizan operaciones de terceros países por temor a sanciones extraterritoriales derivadas de leyes como la Helms-Burton y la Torricelli.
Rodríguez Parrilla también desmintió las acusaciones de Washington sobre supuestas violaciones de derechos humanos en la isla, señalando que “resulta paradójico que el país que mantiene una política migratoria restrictiva, que aplica sanciones colectivas y participa en conflictos internacionales, pretenda erigirse en juez de otros Estados”.
Indicó que Cuba ha sido históricamente un país comprometido con la paz y recordó que en La Habana se firmó la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno de la región en 2014.
El ministro sostuvo que las presiones diplomáticas de Washington buscan “desviar la atención del tema principal” del debate de la ONU, que es el impacto humanitario del bloqueo sobre el pueblo cubano.
En ese sentido, explicó que las sanciones estadounidenses afectan el suministro de combustible, el transporte, las telecomunicaciones y la generación eléctrica, generando dificultades diarias para las familias cubanas. “Detrás de los apagones y de las carencias está la persecución norteamericana contra los suministros de energía y contra las empresas que comercian con nuestro país”, señaló.
Rodríguez Parrilla mencionó además que el Departamento de Estado habría enviado cartas a cancillerías y embajadas en las que se advierte que el voto a favor de Cuba podría tener consecuencias sobre las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
“Esas comunicaciones son verdaderamente insultantes, porque vinculan la posición de un país en la ONU con cuestiones como visados, sanciones económicas y acuerdos comerciales”, afirmó. Según el canciller, las gestiones incluyen la participación directa del secretario de Estado, de subsecretarios y de embajadores estadounidenses en diversas capitales del mundo.
En su declaración, el ministro cuestionó también las acusaciones sobre un supuesto involucramiento de ciudadanos cubanos en el conflicto en Ucrania, información que calificó de falsa y que, dijo, se utiliza para justificar nuevas medidas coercitivas.
“Todo el mundo sabe que esa versión es mentira”, afirmó. A su juicio, esta campaña busca vincular a Cuba con conflictos ajenos con el fin de reforzar la narrativa de que el país representa una amenaza para la estabilidad regional.
Al cierre de su comparecencia, Rodríguez Parrilla afirmó que la actitud del gobierno estadounidense refleja “una creciente ansiedad ante el aislamiento internacional” de su política hacia Cuba.
“La comunidad internacional comprende que el bloqueo carece de justificación y provoca daños humanitarios graves”, expresó. Manifestó su confianza en que la Asamblea General volverá a respaldar ampliamente la resolución que reclama el fin del embargo.
“Estoy convencido de que la mayoría de los Estados miembros votará una vez más por la verdad, por la justicia y por el fin del bloqueo”, concluyó.
La resolución sobre el bloqueo será considerada por trigésima segunda vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la votación del año pasado, 187 países se pronunciaron a favor de su eliminación, dos en contra y uno se abstuvo.
El gobierno cubano espera que, una vez más, la comunidad internacional reitere su apoyo a la eliminación de una política que considera contraria a la Carta de las Naciones Unidas y al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados.