EE. UU. abate a 14 personas en ataques a presuntas narcolanchas en el Pacífico y eleva tensiones en la región
Washington, 30 oct. – El gobierno de Estados Unidos confirmó que 14 personas murieron este lunes durante una serie de ataques realizados por sus fuerzas armadas contra cuatro embarcaciones en aguas del Pacífico, presuntamente utilizadas para el transporte de narcóticos.
Así lo informó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien afirmó que los operativos fueron ejecutados por orden directa del presidente Donald Trump.
Los ataques, parte de lo que la administración estadounidense ha definido como una campaña intensificada contra el narcotráfico, se produjeron a unos 600 kilómetros de la costa mexicana de Acapulco.
Según detalló Hegseth, los buques estaban identificados por los servicios de inteligencia como parte de rutas establecidas de contrabando marítimo de drogas hacia Estados Unidos.
La Armada de México ha iniciado operaciones de búsqueda y rescate tras confirmar que al menos una persona sobrevivió a los ataques. En un comunicado oficial, las autoridades mexicanas informaron que desplegaron una lancha patrullera y una aeronave en la zona, con el objetivo de salvaguardar la vida humana en el mar.
El secretario Hegseth publicó un comunicado en la red social X, acompañado de imágenes de las embarcaciones en llamas tras el bombardeo, afirmando que los ataques respondían a la necesidad de “defender el territorio nacional”.
Según el funcionario, ocho personas murieron en el primer ataque, cuatro en el segundo y tres en el tercero. “Los buques transportaban narcóticos y eran operados por narcoterroristas”, dijo.
Esta ofensiva se suma a una serie de acciones similares ejecutadas en el Caribe y el Pacífico en las últimas semanas, en las que, de acuerdo con cifras oficiales, han muerto al menos 57 personas.
Los operativos han generado una creciente ola de críticas en América Latina y en el seno del Congreso estadounidense, donde legisladores de ambos partidos han cuestionado la legalidad y el alcance de estas acciones militares.
Tanto Colombia como Venezuela han expresado su rechazo frontal a lo que califican como una escalada bélica y una violación del derecho internacional. El vicecanciller colombiano, Mauricio Jaramillo, calificó los ataques como “desproporcionados y contrarios al derecho internacional”, y subrayó que las personas a bordo de las embarcaciones “no tuvieron posibilidad de defenderse” y fueron atacadas sin orden judicial ni debido proceso.
La reconocida experta en derecho internacional Mary Ellen O’Connell, de la Universidad de Notre Dame, también cuestionó la legalidad de las operaciones, afirmando que “ejecutar sumariamente a personas sospechosas de narcotráfico es más grave que el delito mismo”. Añadió que todos los implicados tienen derecho a un juicio justo.
Las tensiones con Venezuela también se han intensificado. El fiscal general de ese país acusó a Washington de intentar derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, con el pretexto del combate al narcotráfico. Según denunció, el objetivo real de Estados Unidos es apoderarse de los recursos naturales del país, como el oro, el petróleo y el cobre.
Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la región, desplegando tropas, aeronaves y buques de guerra, incluido el portaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, enviado al Caribe la semana pasada.
El gobierno de Trump no reconoce a Maduro como presidente legítimo, tras desconocer los resultados de las elecciones de 2024, consideradas fraudulentas por observadores internacionales y por la oposición venezolana.
Aunque Trump ha sostenido tener autoridad legal para ordenar estos bombardeos en aguas internacionales, también ha insinuado que podría requerir aprobación del Congreso si la campaña se amplía hacia objetivos terrestres.
“Estamos totalmente preparados”, afirmó recientemente, en un mensaje que ha sido interpretado como una posible advertencia de futuras acciones militares en la región.

 
			
 
					 
							 
							