Cumbre suspendida: ¿El sol se tapa con comunicados?

No se puede tapar el sol con un dedo. La abrupta suspensión de la Cumbre de las Américas, prevista para celebrarse en la primera semana de diciembre en Punta Cana, representa un revés indiscutible para la diplomacia dominicana y, por extensión directa, un fallo en la política exterior del presidente Luis Abinader. La magnitud del tropiezo no se puede ocultar con el barniz de un comunicado bien redactado, aunque hay que reconocer que las causas de fondo no fueron provocadas por el gobierno dominicano.
El Ministerio de Relaciones Exteriores trató de salvar la cara al atribuir la cancelación al «deterioro de las condiciones regionales», y es cierto: la región vive un momento delicado, consecuencia directa —sí, directa— de las políticas impulsadas durante la administración del presidente Donald Trump, quien es el principal promotor de este encuentro multilateral.
Estados Unidos ha sacado sus músculos al sol y ha desplegado buques de guerra en el Caribe en una operación antidrogas que ha terminado en tragedia: al menos 14 lanchas, presuntamente cargadas de narcóticos, han sido hundidas, y las cifras de víctimas humanas son alarmantes. En medio de esta tensión, el gobierno dominicano tomó la decisión de no invitar a los presidentes de Venezuela, Cuba y Nicaragua. ¿Autonomía o inspiración directa de la Casa Blanca? El silencio es tan elocuente como sospechoso.
La exclusión provocó la indignación de México —ahora bajo la batuta de Claudia Sheinbaum— y Colombia, cuyo presidente Gustavo Petro no perdió tiempo en alzar la voz. Y no fueron los únicos: todo indica que Brasil, Honduras y varios jefes de Estado del Caribe insular también se prepararían para dejar vacía su silla en Punta Cana. No era una cumbre, era una implosión diplomática en cámara lenta.
Más aún: en los pasillos de la Cancillería dominicana se sabía, o se sospechaba con fuerza, que el presidente Trump —la gran estrella esperada por el oficialismo criollo— no confirmaría su asistencia. ¿Tiene sentido una Cumbre de las Américas sin el símbolo mismo de su impulsor original? Para el gobierno dominicano, al parecer, no.
Lo insólito es que, por primera vez desde que se iniciaron en 1994, las ediciones ordinarias de esta cumbre (porque ha habido dos extraordinarias) se ven interrumpidas. Se propone una nueva fecha para 2026. ¿Con qué condiciones? La Cancillería dejó caer una frase digna de novela de espías: se esperará la elección de gobiernos “democráticamente electos”. ¿Qué se quiso decir exactamente? ¿Se prevén cambios en Venezuela, Cuba y Nicaragua para entonces? ¿Es una advertencia o un deseo camuflado?
Colombia, Chile y Honduras tienen elecciones programadas para ese año. Pero los que no fueron invitados hoy, ¿serán admitidos mañana?
La obra que no duró ni la ovación: colapsa tramo de la Circunvalación de Baní

La Circunvalación de Baní acaba de ganar un dudoso récord: ser la primera obra inaugurada con bombos, platillos y foto oficial… y que ha tenido que ser cerrada por colapso estructural en menos de lo que dura un trending topic en Twitter. No hay exageración, solo un asfalto muy mal acompañado.
Desde la semana pasada, equipos del Ministerio de Obras Públicas trabajan con urgencia en un tramo de la vía. ¿La razón? Un colapso grave del terraplén, producto, según un ingeniero amigo, de un conjunto de errores dignos de manual de “cómo no construir una carretera”: socavamiento del relleno, estancamiento de aguas por alcantarilla insuficiente, vicio de diseño en la capacidad hidráulica, deficiente compactación del relleno y, para colmo, sin protección alguna en el terraplén.
¿Y qué ha dicho Obras Públicas? Nada. Cero. Mutismo total. Ni un comunicado, ni una rueda de prensa. Como si tapar un bache con una pala escondiera el hoyo en la institucionalidad. La transparencia, parece, no está en la carpeta de proyectos.
Este silencio oficial no solo ofende la inteligencia ciudadana, también enciende las alarmas. ¿Cuánto costó esa obra? ¿Quiénes la diseñaron, supervisaron y aprobaron? ¿A qué empresas se le adjudicó? ¿Qué rol tuvo el ministerio en la supervisión? Porque si algo queda claro es que las fotos del corte de cinta no aguantan el peso de una obra mal hecha.
El gobierno haría bien en hablar claro, asumir responsabilidades y, por una vez, colocar la rendición de cuentas por encima del marketing. Porque, como con la Cumbre de las Américas, lo que se derrumba no es solo una estructura: es también la confianza pública.

