El voto de los militares
Nelson Encarnación
Perspectiva: El tema relacionado con la prohibición del voto a militares y policías ha regresado a la discusión pública, luego que una jueza emitiera una opinión respecto de lo que ella entiende es una violación de derecho.
Para muchos, mantener esta prohibición significa una violación de derechos consagrados para todos los ciudadanos, a partir de lo establecido por la Constitución de la República en cuanto a la igualdad.
Sin embargo, otros consideran que, dada la fragilidad institucional de nuestro país, donde la democracia sigue en construcción seis décadas después de la desaparición de la tiranía, permitir que los militares tengan derecho al voto implicaría un riesgo de politización de las Fuerzas Armadas.
Falso. Una cosa es ejercer el sufragio y otra muy distinta es participar en actividades proselitistas, inscribirse en partidos políticos o ejercer el derecho civil a ser elegibles.
Los miembros de los cuerpos castrenses pueden votar sin que necesariamente manifiesten su intención como está permitido al resto de los ciudadanos mayores de edad.
El temor de que los militares eventualmente expresen sus simpatías políticas carece de sentido, puesto que muchos de ellos lo hacen casi de manera abierta, al menos en reuniones cerradas con parientes y amigos, donde se explayan en elogios o críticas a los políticos, según sea el caso.
Si tenemos todavía el miedo al voto de los militares, ¿de qué democracia estamos hablando, si esta no es capaz de resistir una cuestión tan simple como permitir el voto de los militares?
A pesar de esta negación de derechos, vamos a suponer que se insista en esta aberración contra los militares.
¿Pero qué justifica que los miembros de la Policía Nacional sufran esta misma negación, cuando estos agentes son civiles armados que dependen orgánicamente del Ministerio de Interior?
No importa que los agentes policiales suelen comportarse como militares, la naturaleza de su institución es la de un cuerpo civil armado investido de autoridad para preservar el orden público y proteger la integridad de las personas, los bienes y propiedades públicas y privadas.
En otras sociedades, los agentes de policías no solo tienen derecho al voto, sino que también lo tienen a organizarse y a ejercer presión para obtener mejores condiciones laborales.
Sin embargo, no podemos pretender que en nuestro país se llegue a tanto, al menos por ahora.

