Richard Zenith completa una monumental biografía del «escritor volcánico» Fernando Pessoa
Jose Oliva | Barcelona, 27 nov.- El historiador Richard Zenith reconstruye la biografía del «escritor volcánico» Fernando Pessoa, uno de los autores más enigmáticos y brillantes del siglo XX. Lo hace a partir de los más de 25.000 folios manuscritos que dejó tras su muerte.
En una entrevista con EFE, Zenith señala que el escritor portugués Fernando Pessoa «se interesaba por todo, cuestiones políticas, religiosas, psicología y, sobre todo, por la literatura. Era un lector voraz. Además, cultivó géneros tan variados como la poesía, el teatro, el ensayo o la ficción».
Sin ánimo de hacer crítica literaria de su obra, Zenith, que ha investigado a Pessoa en los últimos quince años, ha escrito esta biografía, publicada por Acantilado, con el ánimo de «contextualizar» su vida. Una vida que coincidió con «momentos clave de la historia de Portugal y Sudáfrica».
En Portugal, continúa el biógrafo estadounidense, que se expresa en un correcto castellano, «vive los últimos años de una monarquía decadente y contestada. También presencia la instauración de una república en 1910, un poco disfuncional por los enfrentamientos entre tres grupos republicanos. Después la llegada del fascismo, como en el resto de Europa, con la dictadura militar en 1926 y a continuación la de Salazar».

El Pessoa niño en Sudáfrica con Gandhi
En Durban (Sudáfrica), adonde llega en 1896 con su madre, coincide en el tiempo con Gandhi. Este empezaba su lucha en favor de los indios. Y pocos años después Pessoa presencia la Segunda Guerra Anglo-Bóer.
La característica fundamental de la obra de Pessoa, marcada por la heteronomia -desdobla su personalidad y su obra en múltiples autores inventados- obedece, según Zenith, «a su propia manera de ser y escribir. No tanto a un juego literario, como podía pasar en los casos de Yeats o Antonio Machado».
Además, en el caso de Pessoa esa invención comienza a los cinco años. «Ya de pequeño inventaba amigos literarios imaginarios; con seis años crea su primer amigo literario, Chevalier de Pas. Y con 13 años, durante un período vacacional en Lisboa, inventó periódicos ficticios que escribía a mano. En ellos aparecen quince escritores, periodistas, poetas con nombres distintos».
Aborda Zenith de manera tangencial dos de los temas tabú sobre Pessoa, su sexualidad y la alcoholemia. «Prefiero no definir a Pessoa como homosexual, y mi intención era ofrecer una visión cinematográfica. Poniendo lo que se sabe y dejando al lector que extraiga sus conclusiones».
Poesía homoerótica en la década de 1910
Reconoce, sin embargo, que en Pessoa hay mucha poesía homoerótica. Sobre todo, en la década de 1910 en portugués y en inglés, con sus ‘Antinous. A Poem’ (1918). En esta obra, el emperador Adriano recuerda con cariño el amor sensual de Antínoo, su joven compañero, que se ahogó en el Nilo. Pero en los años 20 deja de ser un tema protagonista».
Por sus notas, asegura el autor, se sabe que «Pessoa murió casi seguramente virgen. Eso no quiere decir que fuera asexual, sino que veía la sexualidad de una manera muy suya. Lo hacía a través de la literatura».
A partir de los años 30, Pessoa se centra en una búsqueda espiritual. Escribe de la cábala o la masonería y habla de una posible iniciación suya, pero completamente imaginaria.

Pessoa y el alcoholismo
En cuanto al alcoholismo, Zenith dice que se puede decir que era «un alcohólico altamente funcional. Nadie jamás vio a Pessoa borracho y sin control. Él mismo decía que la bebida era un combustible para su escritura».
El reconocimiento tardío, incluso en su Portugal natal, ha hecho que, como apunta Zenith, «hay todavía muchos textos en prosa inéditos. En los cuales habla de asuntos esotéricos o reflexiona sobre la historia. Mientras que en poesía solo quedan por publicar algunos poemas en inglés fragmentarios».
Zenith atribuye asimismo ese corpus inédito tan grande a que «Pessoa era un escritor volcánico. Escribía mucho sobre las sociedades, las civilizaciones, las relaciones entre las culturas. Sin embargo, al mismo tiempo era indisciplinado y perfeccionista. Esto llegaba al punto de que nunca concluyó su idea ambiciosa de hacer un ensayo monumental. E incluso también hay piezas dramáticas no publicadas». EFE

