Abinader entregó RD a EE.UU.
J.C. Malone
La reciente reunión del presidente Luis Abinader y el secretario de Guerra de los Estados Unidos, Pete Hegseth, fue un “cambio de mando pacífico”.
Abinader autorizó que Washington controlara nuestra única base aérea militar, San Isidro, y nuestro principal aeropuerto civil, Las Américas. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se negó a eso; y “surgieron levantamientos” contra su gobierno, como la “Revolución de Colores” de Ucrania, en 2014.
Abinader dijo que “todos los gobiernos dominicanos” comparten la lucha contra el narcotráfico. Reconoció a los expresidentes Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía, quienes callaron ante Washington controlando el país, ¿por qué?.
En la “cumbre histórica” de mayo, los “encumbrados”, habrían acordado “entregar el país”, todos callan porque su temor a Washington supera su dominicanidad.
Washington convocó la reunión, donde Abinader habría anunciado: “Intervendrán en el país y Uds., mantendrán sus lenguas donde no brille el sol”.
Ante Hegseth, Abinader se felicitó: “En los últimos cinco años hemos decomisado casi 10 veces más drogas por año, que en la década anterior”.
Si demostró “tanta eficiencia”, ¿por qué intervienen nuestros aeropuertos?
Abinader anunció que Washington controlará “temporalmente” nuestros aeropuertos civiles y militares. Eso puede dividir su gobierno, pocos se “entregarán”, como sugirió el ministro José Ignacio Paliza, defenderán la “soberanía nacional”.
¿Hasta cuándo será el control “temporal”? En 1971, Richard Nixon suspendió “temporalmente” el oro como reserva monetaria; 54 años después, sigue “suspendido”. Seamos pacientes, esto recién empieza.
El secretario Hegseth señaló nuestras cosas comunes. Tenemos tres cruces entre escudo y bandera, somos “trinitarios”, él tiene cinco tatuadas en el pecho, dirige el Pentágono; somos hermanos en Cristo.
Hegseth elogió a soldados estadounidenses de origen dominicano, y la hermosura de un salón palaciego, elogiando el fino gusto de Trujillo, su constructor.
“Este hermoso salón…. el presidente Trump amaría este salón”, dijo Hegseth maravillado, invitando a Trump al país, espérenlo.
Facundo Cabral explicó los elogios de Hegseth, diciendo: “Quien acepta un halago, empieza a ser dominado, el hombre le hace caricias al caballo, pa’ montarlo”. Y después clavarle las espuelas.

