Embajadora de EE.UU. compara desafíos en frontera con México y crisis en la frontera dominico-haitiana

Santo Domingo, 3 Diciembre. – La embajadora de los Estados Unidos en la República Dominicana, Leah F. Campos, estableció un claro paralelismo entre los desafíos que enfrenta su país en la frontera sur con México y la situación que vive la República Dominicana en su frontera con Haití, destacando que ambas zonas están marcadas por flujos migratorios irregulares y la amenaza persistente del crimen organizado.

Durante su primer discurso oficial ante la Cámara Americana de Comercio (Amchamdr), con la presencia de la primera dama Raquel Arbaje, Campos afirmó que la inestabilidad en Haití no solo representa un riesgo para la seguridad dominicana, sino también para los Estados Unidos.

En ese sentido, aseguró que su gestión diplomática estará enfocada en trabajar estrechamente con el Gobierno dominicano y el sector privado para identificar soluciones que mitiguen los efectos de la crisis haitiana sobre la frontera.

Al referirse a la política migratoria de su país, Campos contrastó los enfoques de las recientes administraciones en Washington. Señaló que durante el mandato de Joe Biden (2021-2025), se ejerció presión sobre la República Dominicana para mantener abierta su frontera con Haití, incluso en momentos de alta tensión.

En cambio, con el retorno de Donald Trump a la presidencia, aseguró que se ha restaurado un enfoque de «soberanía y seguridad fronteriza», que guiará también la cooperación bilateral con Santo Domingo.

“El presidente Trump cree plenamente en la soberanía y la seguridad fronteriza, y mi embajada reflejará esa creencia en todo lo que hagamos”, expresó la embajadora, dejando claro que su país no presionará a la República Dominicana para modificar su política migratoria.

Por el contrario, destacó una coincidencia total en la necesidad de medidas firmes para proteger la soberanía y enfrentar los riesgos derivados de la situación haitiana.

Campos reiteró su disposición de colaborar con los sectores públicos y privados para apoyar la estabilización de Haití. “La meta sería que los haitianos puedan vivir y disfrutar de su país —uno que sea pacífico y seguro—, que también se lo merecen”, afirmó.

En un comentario inesperado, la embajadora también celebró el cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en el país, ocurrida en julio de este año. Según explicó, la decisión permitirá llevar una política exterior más alineada con los intereses del Departamento de Estado y libre de lo que llamó “imperialismo cultural”.

“Yo estaba esperando que eso pasara desde hace años”, confesó, subrayando que su misión diplomática seguirá impulsando proyectos de desarrollo y cooperación, pero desde una postura de respeto a la soberanía dominicana.

En su discurso, Campos reafirmó los pilares de la política exterior estadounidense: seguridad, fortaleza y prosperidad. Subrayó que su embajada trabajará junto a las autoridades dominicanas en la lucha contra el narcoterrorismo, el lavado de activos y los ciberataques, al tiempo que promoverá nuevas oportunidades comerciales beneficiosas para ambos países.

La frontera entre República Dominicana y Haití ha sido un punto de tensión desde septiembre de 2023, cuando el Gobierno dominicano ordenó su cierre total —por tierra, aire y mar— en respuesta a la construcción de un canal en territorio haitiano que alteraría el cauce del río compartido Dajabón o “Masacre”.

Aunque luego se permitió el paso limitado para el comercio esencial, las restricciones migratorias se han mantenido, reflejando la firme postura del país frente a la crisis en su vecino del oeste.

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