El oro podría alcanzar precios récord en 2026 impulsado por tensiones globales, demanda oficial y debilidad fiscal
Nueva York, 27 Diciembre. – El oro continúa su ascenso imparable en los mercados internacionales, y las proyecciones para 2026 apuntan a que el metal precioso podría alcanzar niveles históricos sin precedentes.
Analistas de grandes bancos de inversión estiman que el precio del oro podría superar los US$5,000 por onza en los próximos 12 a 18 meses, en un entorno caracterizado por alta incertidumbre geopolítica, desequilibrios fiscales en economías avanzadas y una creciente demanda estructural por parte de los bancos centrales.
Durante 2025, el oro ha acumulado una rentabilidad superior al 60 %, alcanzando recientemente un máximo de US$4,490 por onza, según datos de Bloomberg. Este desempeño lo coloca como uno de los activos más sólidos del año, con una tendencia alcista respaldada por fundamentos tanto financieros como estratégicos.
La demanda global de inversión, especialmente a través de fondos cotizados en bolsa (ETFs), ha experimentado un incremento significativo, con flujos de entrada que superan las 12 toneladas en un solo día.
Un cambio notable en el comportamiento del mercado ha sido la participación creciente de los bancos centrales como compradores netos de oro. Instituciones monetarias de economías emergentes y desarrolladas han optado por diversificar sus reservas internacionales ante el temor de sanciones, volatilidad monetaria y riesgos geopolíticos.
Este movimiento se intensificó luego de la congelación de activos del banco central ruso tras la invasión a Ucrania, lo que marcó un precedente en la gestión de reservas globales.
El oro se ha consolidado así como un activo estratégico. Ya no responde exclusivamente a los movimientos de las tasas de interés o al valor del dólar, sino que ha comenzado a ser considerado una reserva de valor estructural en un mundo multipolar.
El jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank, Ole Hansen, afirmó que el oro ha entrado en una nueva etapa, impulsada por una “demanda estructural de los bancos centrales, la fragmentación geopolítica y el aumento de los riesgos fiscales”.
Entidades como Goldman Sachs, Bank of America, Deutsche Bank y el World Gold Council coinciden en que el oro podría cotizar entre US$4,500 y US$5,150 por onza en 2026. En escenarios de mayor tensión o recesión global, algunos analistas prevén incluso subidas adicionales de hasta un 30 % respecto a los niveles actuales.
Por otro lado, si se produjera una recuperación económica fuerte en Estados Unidos y un giro más restrictivo de la política monetaria, podría haber correcciones temporales, aunque la tendencia estructural seguiría siendo positiva.
Este escenario plantea importantes implicaciones para países productores de oro, como la República Dominicana, que alberga en Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, la mina de Pueblo Viejo. Operada por la multinacional Barrick Gold, esta mina es una de las más relevantes de América Latina, y su producción representa un componente clave de las exportaciones y del ingreso fiscal del país.
Con precios más altos en los mercados internacionales, se abren oportunidades para mayores ingresos estatales, reinversión minera y fortalecimiento del sector extractivo como motor de crecimiento económico.
El entorno actual ha reforzado el papel del oro como activo refugio y como instrumento de cobertura frente a riesgos sistémicos, en momentos en que las correlaciones tradicionales entre acciones y bonos pierden efectividad.
De mantenerse las condiciones actuales —con tensiones geopolíticas, debilidad del dólar, políticas fiscales expansivas y acumulación de reservas—, el oro podría marcar nuevos hitos históricos, consolidando su lugar como uno de los activos más resilientes del sistema financiero global.

