2025 terminó con un mundo lleno de tensiones: guerras, amenazas y conflictos que marcarán 2026

Londres, 31 Diciembre (Agencias) . – El año 2025 cerró con un panorama global marcado por conflictos armados activos, aumento de tensiones entre grandes potencias y crisis humanitarias profundas, dejando un legado de incertidumbre que muy probablemente se extenderá durante 2026.

A lo largo de los últimos 12 meses, varias regiones del planeta vivieron escaladas de violencia, enfrentamientos diplomáticos y amenazas militares que reflejan un sistema internacional cada vez más volátil y fragmentado.

1. El conflicto prolongado en Europa: Rusia y Ucrania

La guerra entre Rusia y Ucrania, que comenzó en 2022, continuó siendo el epicentro de la crisis europea en 2025. El enfrentamiento ha provocado una enorme destrucción de infraestructura, con ataques de drones a puertos ucranianos en el Mar Negro y represalias ucranianas contra instalaciones en territorio ruso, ampliando los riesgos para la seguridad regional y mundial.

A pesar de esfuerzos diplomáticos y reuniones entre líderes occidentales, el conflicto mostró pocos signos de una solución definitiva, alimentando tensiones en toda Europa y marcando un recordatorio constante de la fragilidad de la paz en el continente.

2. Oriente Medio sigue en llama abierta

La región de Oriente Medio cerró el año con varios focos de conflicto que mantuvieron al mundo en alerta. El ciclo de violencia entre Israel e Irán, incluyendo ataques aéreos y lanzamientos de misiles, generó temores de una guerra regional más amplia.

Aunque ciertas partes del conflicto palestino-israelí experimentaron breves treguas, la situación humanitaria, especialmente en Gaza, siguió siendo crítica, con desplazamientos masivos y daños a infraestructuras civiles que alimentan la tensión social y política.

Además, las confrontaciones persistentes en Yemen entre fuerzas gubernamentales y rebeldes hutíes contribuyeron a la inestabilidad humanitaria, complicando cualquier intento de resolución duradera.

3. Asia: tensiones en aumento y flashpoints latentes

En Asia, las tensiones entre China y Taiwán se intensificaron de forma alarmante en diciembre de 2025, cuando el ejército chino realizó simulacros militares a gran escala alrededor de la isla, incluyendo el lanzamiento de misiles y la presencia de buques de guerra, en lo que muchos analistas consideran un claro mensaje de fuerza.

La preocupación global se disparó, pues Taiwán es un aliado estratégico de Estados Unidos y un nodo crítico de la tecnología mundial. La situación despertó advertencias de una posible crisis militar mayor y subrayó el riesgo de que conflictos regionales puedan tener impactos globales amplios.

Mientras tanto, en el sur de Asia se produjo un breve conflicto armado entre India y Pakistán a inicios de mayo, recordando la volatilidad histórica entre ambos países con armas nucleares.

4. África: insurgencias y desplazamientos masivos

África también cerró 2025 con graves crisis de seguridad. En el norte de Mozambique, la expansión de grupos insurgentes ligados al Estado Islámico desplazó a cientos de miles de personas, exacerbando una ya dramática situación humanitaria en la región.

Además, conflictos prolongados en países como Sudán, Etiopía y la República Democrática del Congo continuaron desestabilizando zonas enteras, con altos costos en vidas humanas y desplazamientos internos.

5. América Latina y tensiones emergentes

Aunque América Latina no fue escenario de una guerra convencional en 2025, la región experimentó tensiones crecientes, especialmente entre Estados Unidos y Venezuela. Analistas han señalado el riesgo de que esa relación pueda escalar, debido a confrontaciones diplomáticas y acciones militares limitadas que han aumentado la incertidumbre regional.

A su vez, la inseguridad, la violencia de grupos criminales y las tensiones políticas internas siguieron presionando la estabilidad en varios países latinoamericanos.

6. Un mundo más militarizado e interconectado

Los indicadores globales muestran que la paz mundial se deterioró durante 2025, con más conflictos activos que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Según el Global Peace Index, el número de enfrentamientos armados aumentó, al igual que la participación de países en conflictos fuera de sus fronteras.

Este entorno ha acelerado también la carrera por la modernización militar y el desarrollo de nuevas capacidades, incluyendo el uso de tecnologías como la inteligencia artificial en el ámbito de seguridad y defensa, un área que plantea nuevos desafíos éticos y estratégicos para el sistema internacional.


Mirando hacia 2026: un mundo sin certezas

Al cerrar 2025, el mundo se encuentra en un punto de inflexión, sin resoluciones claras a muchos de los conflictos más graves. Las guerras prolongadas, la posibilidad de nuevas confrontaciones entre potencias y la persistente vulnerabilidad de poblaciones civiles forman un panorama que continúa siendo altamente incierto.

Mientras las negociaciones diplomáticas y los esfuerzos internacionales intentan frenar algunas crisis, la multiplicidad de conflictos y tensiones —desde Europa hasta Asia, Medio Oriente, África y el continente americano— sugiere que el equilibrio geopolítico seguirá siendo frágil en 2026, con riesgos significativos para la seguridad global, la economía y la estabilidad social en muchas regiones del planeta.

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